Elene es donostiarra, tiene siete años y un problema neuromuscular que la obliga a trasladarse en silla de ruedas. Le encanta la playa, sobre todo el mar y las olas. Y su madre Joana se declara perpleja al escuchar que en el Ayuntamiento aseguran que el baño asistido en la playa de la Concha para personas con problemas de movilidad es similar al del pasado año. Quizá porque su hija no ha podido bañarse todavía este verano.
Y es que el baño asistido es un problema más de los que ha generado el cambio de empresa gestora de los servicios de las playas donostiarras. Hasta el año pasado se encargaba de los mismos Cruz Roja y este verano, tras el concurso correspondiente, la responsabilidad ha recaído en BPXPort.
El pasado 28 de junio ELA denunció que los socorristas llevaban varios días sin embarcación en la bahía y para entonces ya se había hablado de falta de material en general.
En todo caso y sin subestimar la seguridad de los bañistas, el baño asistido es un servicio especialmente apreciado por las familias que lo necesitan como es el caso de la de Elene. «Se baña por diversión, desde luego, pero también por salud», explicó para Donostitik Joana, la madre de la niña.
De las cuatro sillas anfibias con que trabajaba el pasado año Cruz Roja se ha pasado a dos y hasta mediados de julio no ha llegado la denominada silla ‘de paseo’, que sirve para llevar a los bañistas con dificultades de movilidad hasta la orilla. Y que resulta esencial. «Con todo ello ahora haya que pedir hora desde la víspera. En nuestro caso es difícil porque hay bañistas habituales que prácticamente van a diario y lo tienen reservado. Todo son pequeños problemas pero este año mi hija no se ha bañado todavía».
Joana se ha dirigido en varias ocasiones a las oficinas municipales y además de que el trato ha sido bueno le consta que su petición (probablemente sumada a la de otras personas) provocó que consiguieran la silla ‘de paseo’. Pero se sorprende de que algo tan delicado como el baño asistido pueda perder tantos puntos en una playa como la Concha y más cuando la concienciación respecto a las personas con problemas de movilidad es creciente.
«Este problema no atañe sólo a mi hija. Conocemos a otras personas en situaciones similares. ¿Sabes a dónde van?, a Hondarribia. Pero… también sería un problema ir hasta allí cada vez que Elene quiere darse un baño», comentó Joana.
La concejala de Elkarrekin Donostia, Haizea Garay, trató este asunto durante la comisión correspondiente del lunes y la respuesta de la concejala delegada de Espacios públicos y proyectos urbanos, Marisol Garmendia, no la convenció en absoluto. De hecho desde su grupo exigen la mejora inmediata del servicio.
Deja un comentario