Desde primeros de marzo y hasta el 30 de abril se han colocado en de Donostia 70 trampas de avispa asiática con el fin de capturar las reinas de esta especie, evitando así que éstas construyan futuros nidos (tanto primarios como secundarios) y limitando su acción sobre la población de abejas. En la campaña de este año se han capturado 2.118 reinas y 1.754 obreras. Estas cifras suponen una disminución considerable del número de nidos que se formarán este año según ha informado el Departamento de Medio Ambiente del Ayuntamiento.
Desde que llego a San Sebastián en 2012 la avispa asiática está ocasionando graves problemas sobre la población de abejas autóctonas (Apis mellifera) y en consecuencia sobre el medio ambiente, viéndose amenazado el equilibrio de nuestro ecosistema.
Con el objeto de detectar mejor los puntos de presencia de avispa asiática se ha solicitado la colaboración ciudadana. No tanto porque sean un peligro para la salud pública, ya que a pesar de su tamaño, parecido al del avispón autóctono (Vespa Crabro), su picadura no es más peligrosa que la de cualquier otro insecto grande y solo en el caso de personas muy alérgicas la reacción puede ser más grave, tal y como ocurre con los avispones autóctonos u otros muchos insectos, sino para reducir el impacto sobre el medio ambiente.
Por eso desde el Departamento de Medio Ambiente insisten en que es importante tranquilizar a la ciudadanía, a la vez que se le anima a que colabore. En caso de observarse algún nido se pueden poner en contacto con la Guardia Municipal en el teléfono 092, procurando aportar la ubicación del nido con la mayor exactitud posible.
Sobre la especie
La Vespa velutina, comúnmente conocida como avispa asiática, fue detectada en 2010 en Irun. Esta avispa entró en Europa a finales de 2004 proveniente de Asia, al parecer en un contenedor repleto de alfarería o madera importada de China a través del puerto de Burdeos según fuentes municipales. Desde entonces la preocupación ha ido aumentando, ya que es una especie depredadora de las abejas mielíferas autóctonas (Apis mellifera).
Su tamaño varía entre los 17-32 mm, longitud parecida a la que tiene la avispa autóctona (Vespa crabro), que llega a alcanzar entre los 17-33 mm.
Estas avispas construyen dos tipos de nidos en función de la época del año. En primavera realizan los llamados nidos primarios con un tamaño parecido a una pelota de tenis, y que llegan a albergar a unos cien individuos. A partir de junio abandonan este nido para construir un segundo nido, denominado secundario, situándolo en los árboles, casi siempre a más de 10 metros de altura.
La forma de este segundo nido es redondeada en primavera para tomar forma de pera a finales de verano. Su color varía entre crema y marrón y, cuando alcanza su máximo desarrollo puede medir unos 50 cm de ancho y 80 cm de alto. Estos nidos pueden llegar a contener unas 1.700 avispas obreras, lo que da una idea de la capacidad de reproducción de la especie.
Su alimentación varía en función del estado biológico en el que se encuentran. La reina y las avispas adultas se alimentan de flores y fruta madura, mientras que para alimentar a las larvas capturan insectos (arañas, orugas, hormigas, polillas, pulgones, moscas, avispas y abejas). La avispa se queda con la parte del tórax de dichos insectos, desechando las otras partes del cuerpo como la cabeza, patas, alas y abdomen para posteriormente transportarlo a su nido y dárselo a las larvas.
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