El buque gipuzkoano de rescate Aita Mari, de la ONG Salvamento Marítimo Humanitario, ha rescatado hoy a 176 personas en dos operaciones en el Mediterráneo y pide a las autoridades que le permitan desembarcarlas en Lampedusa.
Fuentes del barco de rescate han informado de que esta mañana, tras recibir un aviso de la ONG ‘Alarm Phone’, el Aita Mari ha localizado un bote con 105 personas a bordo.
Las autoridades maltesas, italianas y españolas han sido informadas inmediatamente de la desesperada situación en la que estas personas se encontraban a bordo del bote en peligro, pero al no recibir respuesta se ha optado por repartir chalecos y subirlas a bordo de Aita Mari para garantizar su seguridad.
La operación de rescate ha finalizado con un recuento total de 105 personas a bordo, entre ellas 17 mujeres y 9 niños procedentes en su mayoría de Nigeria, Mali, Costa de Marfil y Sudan.
Algunos de los rescatados muestran signos de cansancio e hipotermia y están a la espera de un test médico más detallado que se realizará en breve.
Poco después el Aita Mari ha recibido un nuevo aviso, esta vez desde el avión de vigilancia ‘Colibrí 2’ de la ONG ‘Pilotos Voluntarios’, que informaba de la presencia de otro bote.
En esta segunda operación se ha localizado a otras 71 personas a las que también se ha subido a bordo del barco para garantizar su seguridad. Entre ellas hay 1 mujer y 16 menores y aparentemente están fuera de peligro.
En cumplimiento con la legislación internacional, el capitán del Aita Mari tiene derecho a navegar la menor distancia posible a un lugar seguro para poner a salvo a esta personas. Por ello el buque ha pedido permiso para desembarcar en Lampedusa. «Es necesario recordar que los únicos puertos seguros y cercanos son los italianos y malteses. Según la propia Unión Europea, en palabras de su portavoz, Libia no es un lugar seguro», expresa Salvamento Marítimo Humanitario (SMH).
«Desde SMH reclamamos que sean las autoridades europeas las que se responsabilicen de mantener un dispositivo de salvamento garante en esta zona en lugar de financiar con dinero público la contención de las personas en países donde se vulneran los derechos humanos», denuncia la tripulación del Aita Mari, añadiendo que «las devoluciones que se vienen realizando en algunas fronteras europeas como la de Grecia dejan en evidencia que no tienen la voluntad de cumplir con los derechos humanos ni las leyes internacionales».
«Reiteramos la necesidad de crear pasarelas humanitarias que permitan una migración segura para las personas atrapadas en el infierno en el que se ha convertido Libia, entre otros», incide la tripulación del Aita Mari.
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