El Aita Mari llegó ayer a las islas del Egeo (Grecia) cargado de material humanitario para repartir entre los habitantes de los campos de refugiados de Quíos y Lesbos: más de 12.000 personas. En sus bodegas lleva medicinas, productos sanitarios, higiénicos, mantas y ropa.
Este fue el final de un primer viaje humanitario a la espera de que el Gobierno de España le permita navegar hacia la ruta migratoria más mortífera del mundo: Italia-Libia.
La tripulación ha recordado que «desde hace ya tres meses el Ejecutivo bloquea al buque para realizar labores de salvamento en el Mediterráneo Central. En este tiempo más de 250 personas han perdido la vida mientras intentaban llegar a Europa».
Esta decisión está recurrida en los tribunales y ante la Dirección general de la Marina Mercante pero todavía no hemos recibido ninguna respuesta.
Hoy en día en Libia se está produciendo una guerra que toca ya las puertas de Trípoli. Las últimas noticias apuntan a que los autoproclamados guardacostas libios, «entrenados y financiados con dinero europeo», destaca SMH, «han amartillado las patrulleras que Italia les regaló y las están usando como unidades de guerra en este conflicto».
En la misma situación que el Aita Mari se encuentra el buque Open Arms, que hoy iniciará su viaje hacia las islas del Egeo. A su vez en Malta está retenido el Lifeline y en Córcega el Sea Watch 3.
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