En el barco de rescate Aita Mari la situación es muy complicada: las mujeres y los niños se cobijan en la bodega pero los hombres están en la cubierta de popa. Llueve y hace frío y, aunque el espacio está protegido por lona, la humedad desgasta físicamente a los náufragos: 78 personas rescatadas este fin de semana. Así lo narra la enfermera Izaskun Arriaran en el vídeo que acompaña esta noticia.
Cabe recordar que las autoridades europeas todavía no han asignado ni al Open Arms ni al Aita Mari un lugar seguro de desembarco para las personas rescatadas el jueves. Durante ambas embarcaciones se han situado en la costa este de Sicilia, entre Augusta y Siracusa, para soportar la borrasca.
El equipo sanitario a bordo del Aita Mari se está encargando de monitorizar a la mujer embarazada y de ayudar en casos de crisis de ansiedad.
«Esta situación no se puede prolongar en el tiempo», advierte la tripulación. «Se está añadiendo sufrimiento extra a 78 personas que, desde el jueves, esperan llegar a una tierra segura. Por eso desde el Aita Mari exigimos a las autoridades europeas que den respuesta urgente a estos seres humanos».
En su condición de náufragos les ampara el derecho internacional de desembarcar en el puerto seguro más cercano. En este caso serían puertos de Italia o Malta.
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