EH Bildu y Elkarrekin Donostia han pedido esta mañana que se paralicen las obras del faro de Santa Clara con el objeto de elaborar tres informes: uno de impacto ambiental, otro del coste económico de la obra («que va variando y no está nada claro») y un tercero referido al valor del faro y sus aledaños como exponentes de la arquitectura industrial.
Los concejales Markel Ormazabal y Haizea Garay han comparecido juntos en el Ayuntamiento para referirse a las obras del faro para la instalación de una obra de la escultura Cristina Iglesias. Y en esta ocasión han ido más allá del ámbito ambiental, que ha sido el más tratado hasta el momento.
«La obra no tiene un presupuesto claro y ha pasado de un millón y medio a tres», ha concretado Ormazabal, añadiendo que este capítulo es opaco.
En lo que se refiere a la construcción que había en Santa Clara, que se encuentra en pleno capítulo de vaciado, Garay ha añadido que su valor como exponente de la arquitectura industrial ha sido tratado en diversos foros tendentes a la protección, además, de profesiones destinadas a desaparecer como la de farero. De hecho los concejales se han reunido con profesionales del ámbito universitario que han mostrado públicamente su desacuerdo con el proyecto.
En lo que se refiere al coste económico, hoy precisamente la junta de gobierno local ha aprobado aumentar en el estado de gastos la aplicación del Presupuesto 2019 ‘Escultura de Cristina Iglesias’ en un importe de 1.5 millones de euros.
Se ha aprobado además el expediente de contratación de las obras de ejecución del proyecto de rehabilitación del edificio del faro de la isla de Santa Clara para adecuación a la intervención escultórica de Cristina Iglesias, que se ejecutará en el plazo de seis meses con una financiación de 1.5 millones de euros.
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