El colectivo ecologista Eguzki critica la subida de la tasa de basuras anunciada por el Ayuntamiento donostiarra, no tanto por la subida en sí misma, sino porque el Gobierno municipal la justifica amparado en una normativa europea que, recalca el grupo, también impone otras obligaciones que no se cumplen: concretamente recoger de forma separada un 55% de los residuos para 2025 cuando en la actualidad ese porcentaje se queda en el 41,33%.
En un comunicado Eguzki recuerda que «el Gobierno municipal de Donostia ha anunciado su intención es incrementar la tasa de basuras en un 26,54%», lo que el colectivo ecologista denomina «tarifazo». Argumenta el alcalde que el Ayuntamiento está obligado por la Ley de Residuos, que a su vez se deriva de la normativa europea, y que ésta establece que el servicio no puede ser deficitario, como hasta ahora, y en adelante ha de ser sufragado al 100% a través de las tasas.
En este contexto, sin embargo, Eguzki considera que hay cosas que Goia no dice. «La misma Ley que obliga a sufragar el servicio al 100% a través de las tasas obliga, asimismo, a recoger separadamente un mínimo del 55% de los residuos para 2025. ¿Y qué porcentaje recoge en la actualidad Donostia? Apenas el 41,33%, lo que la convierte en la localidad gipuzkoana que menos recicla con diferencia». Precisamente se trata de una vieja crítica de Eguzki al Consistorio donostiarra. Y es que la media actual en Gipuzkoa es del 57,16%.
«¿Y por qué el porcentaje de recogida selectiva de Donostia es tan bajo? La respuesta es obvia: porque el gobierno municipal se ha negado expresamente durante años a tomar ninguna medida eficaz para incrementarlo. (…) Porque hay que dar de comer a la incineradora», denuncian los ecologistas.
Concluye Eguzki considerando que «aplicar el tarifazo amparándose en la Ley, cuando el Gobierno municipal no solo se dispone a incumplir el objetivo fundamental de la misma para 2025, sino que ni siquiera se ha comprometido con una hoja de ruta para cumplirlo algún día, es un fraude a la propia Ley, a la ciudadanía y, por supuesto, al medio ambiente».
El cálculo, otro asunto delicado
Según el concejal de Hacienda, Kerman Orbegozo, la subida de la tasa supondrá que cada hogar pasará de pagar 210 euros anuales a 266 euros. “Este cálculo se realiza para una casa estándar de cuatro miembros”, dice el concejal, y a Eguzki tampoco le convence la metodología, ya que en la actualidad esta tasa se calcula en combinación con las de agua y saneamiento.
«Es razonable pensar que el consumo de agua en una casa habitada por una familia de cuatro miembros –por seguir con el ejemplo del concejal de Hacienda– sea superior a la media, pero si en esa casa los residuos se separan adecuadamente, la producción de rechazo será mínima. Paradójicamente, esa familia responsable con la separación de sus residuos se verá penalizada a la hora de pagar la tasa de basuras por su mayor consumo de agua».
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