Eguzki ha solicitado al Ayuntamiento de Donostia que limpie el bosque de Arbaizenea «que, tras el desalojo del campamento rumano, ha quedado lleno de residuos (plásticos de todo tipo, pallets, bolsas de basura, ropa, colchones, cuchillas de afeitar, etc.), muchos de los cuales cubren parcialmente la regata de Morlans».
Respecto a la regata recuerda Eguzki que Donostia hizo en 1609 su primera traída de aguas y aún quedan vestigios de valor histórico, como una caseta con surgencia que ha sufrido una rotura en su placa superior, por lo que entendemos que es urgente su reparación. «Existe un proyecto, redactado por Lur Paisajistak, para poner en valor estos vestigios históricos que en la actualidad no cuentan con ningún tipo de protección legal ni funcional, pero su ejecución se está atrasando, al parecer, por falta de fondos», apunta Eguzki en un comunicado.
Recuerda el colectivo ecologista que el bosque de Arbaizenea constituye un pulmón para la ciudad y una posible zona de esparcimiento para los habitantes de Morlans y Amara, además de que alberga un rico patrimonio cultural y ambiental que debe preservarse.
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