Eguzki ha hecho un ejercicio de memoria y recuerda públicamente que hace ahora un año fue noticia un vertido al Urumea procedente de las obras del metro en Morlans que se saldó con una multa de 3.000 euros que el Ayuntamiento impuso a la UTE Miraconcha Easo. El grupo ecologista incide en que ésta no fue la única ocasión en la que se sancionaron vertidos de este tipo y subraya que tiene constancia «de al menos otros dos más, ambos en las inmediaciones de la Plaza Easo, saldados con 3.000 y 1.500 euros».
El grupo ecologista y antinuclear añade en un comunicado que «a pesar de que dos de los tres vertidos fueron calificados como ‘muy graves’ y el otro como ‘grave’, las sanciones son ‘calderilla’, sobre todo comparadas con el sobrecoste de las obras tras la ‘avería’ de la calle Zubieta».
El grupo ecologista recuerda también que ante el primer vertido el alcalde de Donostia, Eneko Goia, junto a su entonces concejal delegado de Ecología, Enrique Ramos, señaló que el Ayuntamiento «carecía de potestad sancionadora». Eguzki le rebatió entonces y subraya ahora que finalmente el Consistorio puso tres multas, así que «lo que Ramos y Goia decían era falso». Probablemente, siempre según la opinión de Eguzki, «porque no querían sancionar».
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