«En los flecos de las negociaciones con la Diputación foral de Gipuzkoa para solucionar un problema que los propios cazadores han generado hay propuestas que nada tienen que ver con jabalíes y corzos: la prolongación de la caza de la paloma torcaz, la caza de la becada o la caza en el monte Ulia. Más que una negociación parece un chantaje en toda regla». Así se ha expresado el colectivo ecologista Eguzki al conocer que hay un principio de acuerdo entre el ente foral y la Federación Gipuzkoana de Caza que supondrá el fin de la huelga de cazadores.
Para Eguzki esta medida de presión «no es más que una huelga interesada tras la cual sólo hay intereses económicos: desde cómo cobrar un jabalí abatido una vez finalizado el cupo hasta el reparto a los agricultores por daños».
Recuerdan los ecologistas que en 1994 ambos entes, la Federación de Caza y la Diputación, crearon dos granjas de jabalíes y corzos con fines cinegéticos. Uno en Aiako Harria y otro en Pagoeta. «Luego los soltaron sabiendo que carecían de depredadores naturales».
Principio de acuerdo
Ayer se supo que la Diputación Foral y la Federación de Caza de Gipuzkoa han alcanzado un acuerdo base de colaboración para regular la caza mayor en el Territorio. Este convenio se firmará durante los próximos días y su contenido se dará a conocer públicamente tan pronto se rubrique.
Tanto la Diputación como la Federación reconocen que «quedan pendientes cuestiones por pulir que requerirán de un trabajo compartido durante toda la legislatura», pero coinciden en una lectura en común para arrancar a la mayor brevedad con las batidas de caza que permitan hacer frente a la sobrepoblación de jabalíes y corzos, «reduciendo así los daños que la misma produce en el medio rural».
Asimismo la Diputación se compromete a garantizar el cumplimiento del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco relativo a la caza en Ulía, y a adoptar las medidas oportunas para ello a través de la publicación de la correspondiente orden foral.
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