El colectivo ecologista Eguzki denuncia «el desolador balance» de los movimientos y ocupación de terreno de Zaldunborda que comenzó hace seis años entre Hondarribia e Irun. Incide Eguzki en que la acción fue irregular y la vincula a la necesidad que había de preparar el terreno para el aparcamiento de camiones.
«Las obras, ya muy avanzadas, se paralizaron en marzo de 2017 en aplicación de la normativa vigente con la advertencia de que, si no se legalizaban, los terrenos deberían volver a su estado natural». La solicitud fue denegada y la promotora insistió. «Ese mismo mes trasladó una consulta para utilizar de manera provisional los terrenos como aparcamiento de camiones, a lo que el Ayuntamiento respondió negativamente dado que es preceptivo tramitar un Plan de Compatibilización». A la vez un grupo ecologista solicitaba pidió la paralización de las obras, el inicio del correspondiente expediente sancionador y la restitución de los terrenos.
En un comunicado el colectivo ecologista explica que no ha habido movimientos desde agosto de 2017 en este lugar, hecho que Eguzki atribuye a la «dejadez» de las administraciones.
«Las administraciones han ignorado sus obligaciones, entre ellas la de restauración a su estado natural de ese espacio previo al análisis y caracterización de los residuos depositados y sus posibles repercusiones en la calidad del suelo por la presencia continuada de materiales contaminantes, además de las acciones sancionadoras previstas en la normativa de aplicación».
Vuelta al inicio
En diciembre de 2021 el Ayuntamiento de Hondarribia trasladó a la Dirección de Calidad Ambiental y Economía Circular del Gobierno vasco una consulta sobre la oportunidad de requerir el inicio de la Declaración de Calidad del suelo de esos terrenos.
Explica Eguzki que un año después, en diciembre de 2022, los técnicos de IHOBE visitaron los terrenos «y se reafirmaron en todo lo manifestado anteriormente sobre la ilegalidad de las obras y sobre el origen desconocido de material depositado».
«Desde el punto de vista medioambiental el balance de este asunto no puede ser más desolador. Se realizan obras ilegales que alteran el medio natural y la administración no solo mira a otro lado si no que premia esa actitud prestándose a modificar la calificación de los terrenos para los fines que perseguían las obras ilegales», denuncia Eguzki.
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