Las obras que está llevando a cabo la Diputación Foral de Gipuzkoa para la construcción de una nueva carretera que unirá el Polígono 27 de Martutene y Astigarraga han tenido una víctima según denuncian los ecologistas: «uno de los pequeños robledales que nos quedan en el entorno de Donostia». Según afirman se han talado robles de más de 80 años y con ellos numerosos ejemplares de especies acompañantes como cerezos, olmos o fresnos. «Pero es que además justo han empezado a trabajar en plena primavera, que es cuando se reproducen la mayoría de los animales», explican en un comunicado.
Itsas Enara ornitologi Elkartea y Haritzalde afirman que se trataba de robles de gran porte y de valor incalculable, un biotopo que concentraba una riqueza específica de fauna más que destacable, incluyendo especies amenazadas y protegidas (por ejemplo el lirón gris y el pico menor). «¿De verdad que no existía alternativa alguna para salvar el enclave?, ¿por qué han realizado la tala y los trabajos previos justo en plena época reproductora, cuando los daños son máximos?», se preguntan los ecologistas.
Según señalan y «aunque el daño ya está hecho y la pérdida del robledal es irreversible», solicitan la construcción de un paso de fauna en ese enclave que favoreciera la conectividad entre Antondegi y Lau Haizeta. Propuesta que trasladaron a la Diputación hace varias semanas.
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