«La costa de la tierra de los vascos, es abrupta, dura y salvaje, bella y atractiva, calas escondidas se suceden con acantilados profundos, con arenales paradisíacos o con bucólicos puertos, todo ello bañado por el enigma profundo y magnético del mar Cantábrico, ese pequeño rinconcito del Atlántico». Ir al blog
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