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Un paseo

«Donostia siempre está en obras»

Ruido, polvo y algunos lamentos en un recorrido desde Txomin Enea al Centro

Iztueta y otras zonas levantadas en obras. Fotos: Santiago Farizano y Jon Pagola

Alguien dijo que la rotonda de Paskualdegi, en la entrada de Txomin Enea, era “la más fea de la ciudad”. Y ahí ha quedado la frase, incrustada en el imaginario colectivo donostiarra. Con el objetivo de enterrar su mala fama, el Ayuntamiento ha promovido una intervención artística con la que se pretende tapar la caseta blanca del tanque de tormentas, un elemento esencial para evitar inundaciones y aplacar las lluvias torrenciales. Un pequeño mural con tulipanes y los arcos de una villa neovasca derribada, Txomin Etxea, comparten ahora espacio en la glorieta. Sobre el montículo de tierra se supone que algún día crecerá un frondoso jardín. Una señora acompaña a su madre, ya mayor, al ambulatorio de la calle Felisa Martín Bravo. Dejan Paskualdegi a su derecha, como si el collage decorativo no existiera o les diera igual. A unos metros, unos operarios agujerean el suelo con un taladro. Las mujeres levantan la voz. «Hay muchas obras, muchísimas», comenta la más veterana. «Ama, está ciudad está siempre en obras. ¿Te acuerdas de la época en la que hacían bidegorris?».

Paskualdegi txomin 1024x915 - "Donostia siempre está en obras" Una vecina que pasa todos los días por la zona -“menos el fin de semana”, precisa- confirma que las labores de jardinería han terminado en la rotonda. “Hace tiempo que no veo a nadie por aquí”, asegura. A la pregunta de si le gusta cómo ha quedado el apaño se encoge de hombros y desaparece rápidamente siguiendo el curso del río. Leire trastea con el móvil. Espera a que su hijo salga del colegio La Salle. Está sentada en un banco a escasos metros de la Travesía de Loiola, donde han levantado el suelo formando un largo boquete para acometer la reforma más ambiciosa que se recuerda en el barrio. El proyecto incluye el trazado de nuevas zonas verdes, su peatonalización y la descongestión del tráfico. Le va a cambiar la cara a Loiola. Loiola será otro barrio. Son cosas que también se dicen por aquí.

Loiola obras 800x1024 - "Donostia siempre está en obras" Los coches hacen zigzags para reincorporarse a uno de los dos carriles de la carretera. Una docena de trabajadores con petos amarillos desafían el sol primaveral y están enfrascados en sus tareas de construcción, picando el suelo, manipulando cemento o controlando con un joystick el gancho de la grúa. Cada uno a lo suyo. Dos de ellos se plantan ante una arqueta mientras al otro lado de la carretera los pajaritos de un colorido mural dan vueltas formando un círculo. Leire, al fin, deja el móvil. Levanta la cabeza. Y sentencia. “Sí. En Donostia hay más obras que nunca”. Una joven baja por Alto de los Robles. Vive un poco más arriba, en la calle Mendigain. Un barrio entero en obras está a sus pies pero, según admite está futura estudiante de Bellas Artes, el ruido no afecta al vecindario. Las labores de construcción sí que modifican, en cambio, su recorrido habitual: no le queda otro remedio que alargar la ruta y dar una vuelta más grande.

Loiola obras travesia 1024x870 - "Donostia siempre está en obras" Más allá del metro, 2021 está transformando el rostro de San Sebastián. Raro es el tramo en el que no hay un proyecto urbanístico en marcha. Las intervenciones se solapan entre un barrio y otro, como las actuaciones musicales en un festival de verano. La obra de eliminación del viaducto de Iztueta que parte en dos Gros y Egia es un ejemplo. El nuevo puente de Astiñene que conectará Loiola con Egia, otro.

Iztueta obras viaducto 744x1024 - "Donostia siempre está en obras"

El proyecto aún está muy verde. Han colocado los soportes del futuro viaducto y a un lado descansan sobre un suelo irregular varios bloques de paneles para la construcción del muro. Olatz Miranda pasea empujando el carrito de su bebé. Vive en Txomin Enea desde hace año y medio, un barrio en continua construcción. Sus vecinos se han resignado a convivir con los sinsabores de los trabajos en vía pública. “En general, no ha habido mucha precaución”, asegura. “Cerraban un tramo en obras, pero en más de una ocasión he pasado hasta miedo de que se me cayera algo encima. Hubo una temporada en la que parecía que no avanzaban con las obras, la calle del ambulatorio era un infierno… Pero ahora sí que estoy notando los cambios y mejoras”, describe tratando de aportar una visión más positiva. Astinene puente 782x1024 - "Donostia siempre está en obras" Iñaki, por su parte, está muy tocado por la pandemia. No hay nadie en el interior del bar Bigarren de Amara. Los pintxos están impolutos; la tortilla, hermosa, sigue expuesta en la vitrina como si fuera un trofeo deportivo. Cuando suena una versión de un archiconocido tema reggae, Baby I love your way, la tristeza es total. “Estoy muy disgustado”, se lamenta este veterano hostelero. “No entiendo por qué nos meten este bacalao con todo lo que hemos pasado. Este proyecto lleva en marcha hace bastante tiempo, lo tenían que haber hecho los tres meses que estuvimos confinados”. Se refiere a las obras de la avenida Isabel II, que permitirán ampliar los espacios peatonales, renovar el paisaje urbano y revitalizar la zona. Dicen. Mientras avanzan los trabajos, las doce mesas de su terraza están plegadas en alguna parte. El proyecto debería haberse ejecutado en un plazo de 32 semanas según consta en el contrato de adjudicación anunciado por el ayuntamiento el 25 de enero de 2020.  Las obras arrancaron finalmente a principios de este año. Iñaki cruza los dedos para que terminen “a finales de julio” y pueda al fin levantar cabeza. Bar bigarren Amara 970x1024 - "Donostia siempre está en obras" Los vecinos, comerciantes y hosteleros de la plaza Easo creen en su mayoría que lo peor ya ha pasado. Pero se siguen sucediendo algunos contratiempos. La semana pasada, la librería-bar Kaxilda denunció en las redes sociales la  “improvisación” y “devastación” de las obras a la altura de la calle Arroka. El espacio se ha estrechado tanto que solo se puede pasar por un minúsculo pasillo que termina apelotonando a los viandantes. “No es plato de buen gusto para nadie, pero sabemos que los cambios servirán para mejorar la zona”, interviene David Alejandro, copropietario del bar La Bella Easo. “¿Son molestas? Sí. De lo que se trata es de que no se eternicen y no se dejen olvidados de la mano de Dios. Todo lo que sea progresar y tirar para adelante es positivo para todos”, resume. bella easo 787x1024 - "Donostia siempre está en obras"


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