«Ha sido una Quincena Musical al 75% porque no ha habido ópera, ha habido orquestas extranjeras pero con un peso menor por el temor al cierre de fronteras y, eso sí, ha habido un buen número de grandes solistas». Es momento de balances y la Quincena Musical ha sacado buena nota tal y como ha ilustrado esta mañana el director del festival Patrick Alfaya.
Han sido 18.368 asistentes (la mitad que otros años sin pandemia) y 385.000 euros brutos recaudados. Y un solo concierto cancelado de los 74 que había programados, el de la coral Andramari de la inauguración.
En resumen: ha sido un éxito visto el panorama pandémico. Queda una duda que no omite Alfaya en su balance: ¿qué hubiera pasado si en vez de 800 butacas en el Kursaal hubieran estado las 1.800 correspondientes?, «nunca lo sabremos», reconoce. Pero está claro que el público donostiarra está abonado a la Quincena Musical.
De cara al año que viene hay muchas dudas. ¿Va a haber ópera el año en 2022?, es la intención según ha dicho Alfaya, pero habrá que ver los aforo. «Tal y como están ahora los números no salen». También se ha referido Alfaya a la dificultad de traer orquestas británicas a causa de la pandemia y sus nuevas fronteras.
De cara al año que viene, también, se incidirá en la danza, la última apuesta de la Quincena Musical, disciplina con la cual está costando más conectar con el público según ha reconocido el director.
La Budapest Festival Orchestra pondrá hoy el punto y final a una Quincena Musical brillante que mira al año que viene con la esperanza de no tener que volver a recortar aforos.
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