La plataforma Donostia Defendatuz ha pedido a las autoridades «un estudio hidráulico y geotécnico riguroso elaborado por entidades de prestigio internacional sobre las repercusiones de las obras del metro en el subsuelo del Ensanche Cortázar» y que se paralicen cautelarmente las obras ya iniciadas en el centro urbano «para evitar más afecciones a las estructuras de los edificios». En un encuentro con la prensa hoy en la calle Easo, en pleno epicentro de las obras del metro, la plataforma ha insistido en que las grietas de Zubieta 1 sí aparecieron a raíz de las obras («la denuncia del 6 de noviembre sigue su curso») y han denunciado también vibraciones en los edificios de la zona.
Maialen Brit y Mikel Álvarez han hablado en nombre de la plataforma. «La amenaza que describimos proviene del absoluto desconocimiento que muestra el proyecto en relación a las posibles alteraciones de la resistencia del terreno donde se asienta el Ensanche Cortázar provocado por la acción de las vibraciones de la obra habida cuenta de que los edificios descansan en un suelo arenoso».
Donostia Defendatuz insiste en que tras el transcurso de las obras en el Paseo de la Fe («con la denuncia de las monjas») y en el Antiguo «se ha desmentido lo que decía el estudio: que no se prevé la llegada de vibraciones a los edificios. Es una obra muy agresiva para el entorno urbano y va a generar más problemas».
Fuera de la actuación en el entorno urbano, Donostia Defendatuz se ha referido a los sondeos que se vienen haciendo en la playa de la Concha. «Hay una total falta de disponibilidad de datos geoténicos sobre las características del subsuelo afectado por las obras. Y están haciendo los estudios ahora y no previamente», han denunciado los representantes.
Forman parte de Donostia Defendatuz, nacida recientemente, las entidades Dendartean, Ondare-SS, Uliako Auzo Elkartea, Bizilagunekin, Belartza 2 Gelditu, Satorralaia y grupos naturalistas como Haritzalde.
Algunos vecinos de viviendas cercanas se han acercado al encuentro de la plataforma como Maite, una vecina de Urbieta 46. «Todo el mundo sabes que esto era arena. En mi vivienda, en Urbieta 46, una casa que data de 1908, siempre ha habido grietas. La del metro es una obra inadmisible», expresó la vecina.
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