La situación de más de 300 hogares en posesión, ahora, del fondo buitre Azora y las previsibles consecuencias han convulsionado esta semana a los donostiarras más que cualquier aviso de desahucio hasta ahora. Y es que entre la situación de Benta Berri con el fondo buitre Blackstone y esta última incursión se abre un futuro incierto para quienes viven de alquiler. Por eso han sido muchos los que se han reunido hoy frente a la sede de la Inmobiliaria Vascongada, comprada por el fondo buitre Azora. En la calle Ijentea no sólo estaban los afectados de las calles Zabaleta, Gran Vía, calle Salud… Los donostiarras han respondido a la convocatoria y con ellos había representantes de asociaciones de vecinos y de partidos políticos municipales como Elkarrekin Donostia y EH Bildu.
«Esto es un pelotazo de primer orden y hay que impedirlo», reitera estos días la portavoz de Stop Desahucios Rosa García, que no ahorra críticas para las autoridades competentes. «Por un lado Donostia se declaró en su momento ‘ciudad libre de desahucios’ y ahora nos vemos así. Y además se iban quedando vacías las viviendas de Inmobiliaria Vascongada y nadie hacía nada para seguir dándoles uso. Aunque se sabía. Y eso no se puede permitir».
Los presentes en la concentración de hoy tenían muy presente que Azora hizo una operación similar en Madrid que supuso el incremento de los alquileres un 100%.
Cabe recordar que en los últimos días el Gobierno municipal se ha dirigido al fondo buitre Azora «para ver cuáles son sus intenciones» de cara a las 300 viviendas que acaba de adquirir por medio de la compra de Inmobiliaria Vascongada. Así lo explicó el alcalde Eneko Goia en las últimas horas. «Hay una gran incertidumbre», reconoció el alcalde.
Por otro lado Goia también apeló al Gobierno central al afirmar que este tema trasciende la capacidad de un municipio y que es el Ejecutivo nacional el que debe hacer un cambio normativo y establecer límites a los incrementos exagerados del alquiler. «En su momento se habló de un acuerdo entre el PSOE y Unidas Podemos que se quedó en agua de borrajas».
En este contexto el alcalde donostiarra lanzó una reflexión. Partiendo de que resulta una lástima que por medio de una venta se pierda, como en este caso, el arraigo de una empresa como era Inmobiliaria Vascongada, añadió el alcalde que «alguien ha ganado mucho dinero con esta operación». Y «no puede ser que cuando después ocurre esto recaiga toda la responsabilidad sobre el Ayuntamiento y sobre todos los ciudadanos de Donostia. Hay que atajar el problema desde el origen».
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