Esta noche hacía fresco, sí, pero los donostiarras no se quedaron en casa. Minutos antes de las 24 la plaza de la Constitución estaba como cualquier año, repleta de tambores, de barriles, de formaciones, de cocineros, de fiesta. De mucha fiesta. Y cuando sonó la marcha de San Sebastián todos la cantaron al unísono. Donostia celebra ya su día grande entre tamborradas. Primero serán los adultos y después las de los niños. Todos con la misma emoción. Todos en un gran homenaje a su ciudad.
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