Ha llegado como un señor hasta la puerta del Kursaal, donde se ha bajado de un coche, pero Donald Sutherland no ha reprimido la tentación de retroceder varios metros para ver cara a cara a quienes le esperaban, firmar autógrafos y recorrer la alfombra roja antes de recibir el Premio Donostia que le ha entregado el director del Zinemaldi, José Luis Rebordinos.
Con esa clase que le caracteriza, expresivo y cálido, Donald Sutherland se ha ganado estos días a los donostiarras y ha vuelto a hacerlo al recoger el galardón.
Edurne Ormazabal ha sido la encargada de recordar los grandes títulos y directores vinculados a la carrera de este actor canadiense veterano y brillante antes de dar paso a un vídeo con algunas imágenes inolvidables de sus actuaciones.
Con la mano en el pecho y pronunciando Euskal Herria varias veces Donad Sutherland ha dicho que supone un honor recoger el Premio Donostia. Y ha recibido emocionado la ovación del público.
Antes de entrar al Kursaal, por cierto, ha pedido un cigarro que según parece le ha sigo negado. De ahí que luego haya hecho una referencia, premio en mano, a que hay que dejar de fumar.
Especial del Festival de San Sebastián, aquí.
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