(EFE). El músico, pintor y poeta Diego Vasallo (San Sebastián, 1966) ha alertado este sábado de que el modelo de distribución musical de Internet “banaliza el hecho artístico porque todo va por listas» y ha advertido de que “los músicos están más desprotegidos que antes” y “es casi imposible” que vivan de su trabajo.
En una entrevista telefónica con EFE, con motivo de la firma de ejemplares este sábado de su libro «El porvenir no llega, el pasado no importa» que ha publicado este año la editorial Difácil y que se enmarca en la 55 edición de la Feria del Libro de Valladolid (FLV), ha sostenido que el modelo de Internet «a la larga no es beneficioso para las artes, banaliza el hecho artístico porque todo va por listas, por algoritmos, y parece una actividad de ocio más».
Vasallo, que ha vivido los cambios en el sector de los últimos 40 años, traza una línea muy clara entre la industria musical y la propia creación y, sobre esta última, ha considerado que «no ha cambiado mucho» porque hoy conviven «cosas muy interesantes y también muchas banalidades».
Sin embargo el artista donostiarra ha sostenido que las «las grandes plataformas de streaming y las grandes discográficas han vuelto a llevarse el gato al agua» y ha trasladado su preocupación porque «la música se acabe amateurizando» en un contexto en el que «los músicos están más desprotegidos que antes y es casi imposible vivir de la música».
Respecto a los concursos musicales, ha explicado que no es un enfoque que le interesa y ha opinado que esos certámenes contribuyen «a esa superficialidad» porque «un concurso de televisión es ocio, no deja de ser un divertimento».
En ese sentido ha reivindicado que «la música no es eso, es un lenguaje artístico» del que él entra y sale con facilidad, porque este autor multidisciplinar navega por la pintura o la escritura, en los que siempre se deja contaminar de otras disciplinas.
En «El porvenir no llega, el pasado no importa», Vasallo ha creado un libro «híbrido entre géneros» que combina el diario, la poesía en prosa y las imágenes en un «cuaderno de apuntes de viaje» escrito entre carreteras, hoteles y terrazas, que se compone de textos que «surgen de forma espontánea, natural».
Una contradicción que el propio Vasallo ha reconocido, ya que aunque se haya pasado más de la mitad de su vida en la carretera desde que comenzó a girar con Duncan Dhu, a mediados de los 80, ha confesado «no ser viajero» ya que se considera «un gran aficionado a la rutina».
«No sé qué es para mí el viaje, los hay placenteros y otros son odiosos, pero no lo ensalzaría por sí mismo aunque me gustan mucho los hoteles, me parece muy placentero estrenar un micromundo nuevo en cada parada», ha asegurado el autor donostiarra.
En las 120 páginas de «El porvenir no llega, el pasado no importa» Vasallo «plasma la experiencia del momento y las sensaciones más inmediatas» que pasan de ser unas pocas palabras, «simples aforismos», a textos más largos que «parece que se van densificando».
Además de citas de Joan Didion, Sherwood Anderson o Elizabeth Tayler que, en su opinión «se acoplaban muy bien al tono, a la mirada de la obra» y que la acompañaban por «ese deambular por arenas movedizas».
Una «incertidumbre» que también se evidencia a través de la treintena de imágenes que salpican el libro y que su autor ha planteado «no como fotos con una vocación artística, sino como un acompañamiento del viaje».
Esta obra, que se suma a los otros dos poemarios “más al uso” («Canciones que no fueron», de la editorial Huacanamo, y «Al margen de los días», de la editorial Harpo) coincide en el tiempo con el último disco del músico donostiarra «Caemos como cae un ángel», de este 2022.
Siete cortes de entre cinco y ocho minutos que beben del primer blues, del country, del folk, el soul o el jazz y que incluye en la canción ‘Aquellas calles tuyas’ un homenaje a su compañero y amigo Rafa Berrio, fallecido hace dos años.
«El disco tampoco estaba previsto, pero la pandemia nos obligó a quedarnos en casa, me puse a escribir y yo soy de los que creen que cuando sale una obra, una vez que pasa por el filtro corrector de uno mismo, hay sacarla a la luz», ha referido.
Vasallo, que aún conserva el bajo Höfner violín con el que acompañó a Mikel Erentxun por los escenarios de medio mundo y que abandonó en favor de la guitarra desde que comenzó su carrera en solitario, ha anotado que «su camino estaba enfocado en un principio a las artes plásticas, hasta que se cruzó el virus del rock».
«Mi talento innato, el que sale de manera inconsciente, es el de las artes plásticas», ha explicado, y aunque haya dejado un poco apartada la pintura, trabaja para sacar adelante una exposición, «probablemente con el poeta y pintor Jesús María Cormán», con quien creó el sello ‘Black Twins’ en 2020.
Aunque «las mecánicas» sean distintas, «las expresiones artísticas son vasos comunicantes, porque hay un impulso que te lleva a plasmar algo», ha concluido este artista multidisciplinar que pasa sin tropiezos de la música a la escritura y de la guitarra al lienzo.
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