Maite García Barrio y Aitor Hierro llevan dos años viviendo en Hernani con Ane y Elene, sus niñas. El confinamiento se anunció cuando estaban a punto de mudarse, así que tienen la casa llena de cajas y han retrasado sus planes. No han visto afectados sus trabajos por la crisis sanitaria y eso es un alivio, aunque conciliar familia y trabajo se ha convertido, más que nunca, en un problema.
¿Cuántos sois en la casa?
Cuatro. Nosotros dos y las dos niñas, Ane de 6 años y Elene de 3.
¿Desde qué día estáis encerrados?
Desde el 12 de marzo, el jueves en que terminaron los colegios.
¿Salís alguno a trabajar?
Aitor: Yo salgo a trabajar un día sí y un día no, más o menos. Así ha sido desde el inicio porque mi empresa fabrica piezas para una actividad esencial. Cuando estoy en casa teletrabajo.
Maite: Yo teletrabajo.
¿Creéis que podéis ser positivo en coronavirus alguno?
Lo hemos pensado alguna vez. Antes del confinamiento los dos tuvimos algunos síntomas muy ligeros que quizá no tuvieron nada que ver con el Covid-19, pero nos quedó la duda.
¿De qué espacio disponéis?
Vivimos en un piso normal con una terraza grande que usamos bastante con las niñas. Es una suerte. A nosotros el confinamiento nos ha suspendido la mudanza que teníamos prevista. Hasta que nos entreguen una casa, que se viene retrasando, nos pensábamos ir a casa de la madre de Maite en marzo. Y fue imposible. Visto desde esta perspectiva es mejor porque la ama de Maite es población de riesgo y así estamos más tranquilos.
¿Cómo habéis planteado la compra?
Aitor: Salgo yo a hacer nuestra compra y la de Maite una o dos veces por semana.
¿Qué teméis más de este encierro?
Que no tenga éxito y el virus afecte a nuestros mayores. Para evitar eso no hay otra solución que la vacuna.
¿Qué es lo que peor lleváis?
Maite: No poder ver a familia y amigos y la vida en casa, es decir, teletrabajar a la vez que hago de andereño con las niñas. Me agobio y me siento mala madre porque no puedo atenderlas más tiempo. Y me da la sensación de que va a ser así hasta septiembre porque no sé si habrá colonias. La verdad es que el encierro nos afecta a todos. El primer día que las niñas acompañaron a su padre a bajar la basura tenían miedo…
Aitor: Efectivamente en esta situación las niñas necesitan dedicación que por el trabajo no puedes darles. En todo caso no podemos quejarnos porque no estamos en ERTE como tanta gente.
¿Cómo transcurre el día a día?
Aitor: A mí el teléfono me suena desde primera hora de la mañana. Estiro lo posible el tiempo en casa antes de ir a la empresa para encargarme con Maite de la casa y de las niñas y una vez allí hago lo mismo para sacar todo el trabajo que puedo.
Maite: Mi día es como ya he comentado. En una vídeo conferencia con mi jefe apareció por detrás Elene cortándose el pelo. Así es mi día.
¿Hay algo positivo en este confinamiento?
Aitor: Pasar más tiempo con la familia. Nos estamos conociendo más. Si superamos esto… a por todas. Yo creo que tras este confinamiento unas cuantas parejas van a separarse.
Maite: También es positivo que las empresas se den cuenta de una vez de que estamos en el siglo XXI y se puede teletrabajar.
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