Blanca Arroyo vive en Tolosa, pero es habitual que viaje a Barcelona para visitar a su hermana María José. Aunque esta vez no todo ha sido igual. Desde que se decretó el Estado de Alarma y el posterior confinamiento ambas se tuvieron que recluir en casa en la ciudad condal, dejando de lado las caminatas y los paseos a los que acostumbran. Ahora disfrutan del tiempo juntas, hacen deporte y aprovechan al máximo de la terraza.
¿Cuántos sois en la familia?
Somos 2, mi hermana y yo.
¿Desde qué día estáis encerrados?
Estamos confinadas desde el día 16 de marzo.
¿Salís a trabajar?
No, las dos somos jubiladas.
¿Creéis que podéis ser positivo alguna?
Por el momento no hay síntomas, así que no creemos que ninguna de las dos lo seamos.
¿De qué espacio disponéis?
Vivimos en un piso de 80 metros cuadrados. Pero lo mejor es la terraza en la que pasamos la mayoría del día y que tiene 60 metros cuadrados.
¿Cómo habéis planteado la compra?
Bajamos o mi hermana o yo una vez por semana, siempre que sea necesario.
¿Qué teméis más de este encierro?
Lo que más tememos es que el miedo se apodere de nuestras vidas. Y más aún los efectos económicos en la sociedad.
¿Qué es lo que peor lleváis?
La falta de libertad, la falta de relaciones interpersonales. Y no poder tomar decisiones sobre qué hacemos.
¿Cómo transcurre el día a día?
En principio tranquilo. A medida que han ido pasando los días hemos tenido que reinventarnos. Hemos incluido más tiempo para hacer deporte, la elíptica, paseo de media hora por la terraza, tutoriales de yoga, películas, lectura, pintar mandalas… Hay un mundo de actividades para hacer.
¿Hay algo positivo en este confinamiento?
Sentir que otra manera de vivir es posible. La situación me ha hecho ver las cosas verdaderamente importantes: las relaciones con los demás, la conservación del medio ambiente… Me encanta que se esté restableciendo el orden en la naturaleza. Y coincidir en este encierro con mi hermana ha sido un valor añadido a mi vida.
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