Aitzol Jauregi Estanga vive en Lasarte-Oria con su hermana Larraitz y su madre Luixi, a la que protegen especialmente del coronavirus por la edad y porque es enferma crónica. A Aitzol el encierro le ha coincidido con un periodo de baja y con su recuperación afectada por la situación de los servicios sanitarios. Ya son 37 días de encierro pero están tranquilos y abogan por que el confinamiento se haga bien hasta el final.
¿Cuántos sois en la familia?
Tres. Mi hermana, mi madre que es una persona de alto riesgo y yo.
¿Desde qué día estáis encerrados?
Desde que se decretó el Estado de Alarma, pero la realidad es que ya llevábamos varios días reduciendo las salidas. Al ver lo de Italia empezamos a tomar medidas.
¿Salís alguno a trabajar?
No por ahora.
¿Creéis que podéis ser positivo alguno?
No en principio. Cuando salimos usamos mascarillas y guantes. Y al entrar en casa seguimos un protocolo de desinfección. Tomamos muchas medidas.
¿De qué espacio disponéis?
De 75 metros cuadrados con balcón.
¿Cómo habéis planteado la compra?
Hacemos compra on line si lo conseguimos, claro, porque se ha complicado bastante. Apenas salimos. Y otra hermana que no vive en casa nos hace compra cuando sale ella.
¿Qué teméis más de este encierro?
Que no se haga bien, es decir, que no se haga hasta el final y no sirva de nada. Eso y que se aproveche esta crisis sanitaria y económica para recortar más derechos.
¿Qué es lo que peor lleváis?
En un inicio no saber si estábamos haciendo bien las cosas en casa. También las informaciones contradictorias que nos daban los medios. Te decían que se iba a desplegar el Ejército y a continuación que este virus no es nada.
Por otro lado yo tengo lesiones en la columna, esto me pilló estando ya de baja, y me resulta dura la situación de Osakidetza porque padezco dolores y tengo una movilidad reducida.
¿Cómo transcurre el día a día?
Limpieza por las mañanas y por las tardes lectura, música, televisión, plataformas… lo que apetezca.
¿Hay algo positivo en este confinamiento?
Sí. Compartimos mucho tiempo juntos, cosa que no es habitual por nuestros horarios laborales.
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