Simo Lafou es peluquero y trabajó en su peluquería de Gros hasta el 13 de marzo. Desde ese día acude a los domicilios para ayudar a aquellas personas que no pueden hacer las cosas por sí solas. Solo en casos de emergencia. Simo vive con sus dos hijos y su mujer, quien es enfermera. Y pasan el confinamiento, que cumple ya un mes, en su casa de Azpeitia.
¿Cuántos sois en la familia?
Somos 4. Mi mujer, mis dos hijos y yo.
¿Desde qué día estáis encerrados?
Llevamos desde el 13 de marzo confinados, aunque sí que es verdad que tanto mi mujer como yo salimos a trabajar, ella más que yo.
¿Cuál es vuestra situación laboral en este momento?
Mi mujer es enfermera en la residencia y yo soy peluquero. El último día que trabajé fue el viernes 13 y desde entonces solo voy a los servicios de emergencia. Trabajo a domicilio para aquellas personas que están solas o son mayores y no pueden lavarse la cabeza, por ejemplo. Voy protegido con guantes y mascarilla.
¿Crees que alguno de la familia podéis ser positivo en coronavirus?
Creemos que no. Tenemos esa preocupación. Procuramos no contagiar al prójimo pero también vivir sin miedo.
¿De qué espacio disponéis en casa?
Estamos pasando el confinamiento en una casa que tenemos en Azpeitia y la verdad es que nos arreglamos bien, tenemos espacio suficiente.
¿Cómo os habéis planteado la compra?
Compramos en un supermercado cerca de casa. El pan sí que lo compramos todos los días. El resto una vez por semana o cuando faltan cosas esenciales.
¿Qué teméis más de este encierro?
Que se alargue demasiado.
¿Qué es lo que peor lleváis?
La falta de libertad. Echo de menos las cosas que antes no se apreciaban, como la rutina.
¿Cómo transcurre el día a día?
La verdad que intentando ser profesores, padres… Solemos estar los dos con los niños, porque mi mujer tiene jornada reducida y trabaja lo mínimo para cuidarlos.
¿Hay algo positivo en este confinamiento?
Estoy viendo las necesidades de la gente. El otro día me llamo un cliente y me comentó que lo que más echaba de menos era hablar con alguien. En estos casos todos necesitamos del otro y nadie es mas grande ni mejor que nadie, en estas situaciones todos valemos. Vale mucho la pena servir a la gente que está sola.
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