En Gros llevan ya más de 25 días confinados Paula Coudry, brasileña que llegó a Donostia hace ya años, sus hijos de siete y casi cinco años y el padre de ella, a quien le ha pillado el Estado de Alarma alojado en casa de Paula mientras busca piso. Paula es optimista y recuerda que ahora más que nunca hay que cuidarse. Echa en falta que el aire le dé en la cara, pero cree que el tiempo de buena calidad que pasa con sus hijos les está beneficiando a todos.
¿Cuántos sois en la familia?
Somos cuatro. Mi padre, que estaba en casa temporalmente, los dos niños y yo. Mi padre vino en febrero con intención de quedarse y estaba buscando piso. Nos ha pillado todo a medias.
¿Desde qué día estáis encerradas?
Desde el 15 prácticamente no salimos. Sólo para lo obligado.
¿Salís a trabajar?
Trabajamos los dos desde casa, pero yo en este momento estoy muy tranquila laboralmente y prácticamente me dedico a los niños.
¿Crees que podéis ser positivo en coronavirus alguno?
Diría que no. Pero bueno…
¿De qué espacio disponéis en casa?
Pues es una casa normal, pero con un salón grande y balcones que estamos aprovechando mucho, mucho. Como si no hubiera un mañana.
¿Cómo habéis planteado la compra?
Bajo yo sola una vez a la semana y compro aquí mismo en el barrio.
¿Qué temes más de este encierro?
Las consecuencias psicológicas que puede sufrir la gente. Depresiones, por ejemplo. Yo me cuido mucho en ese sentido. Hago meditación todos los días y también practico el yoga. Hay que cuidarse mucho la cabeza, es lo principal. Hay a mi alrededor gente muy estresada trabajando y con los niños en casa.
¿Qué es lo que peor lleváis?
En mi caso no sentir el aire en la cara. En casa estamos bien, pero hacer algo de ejercicio, ver el mar que está tan cerca, coger la bici… y los niños también lo extrañan y lo dicen.
¿Cómo transcurre el día a día?
Dependiendo de si están o no están los niños porque estoy separada. Las primeras dos semanas de confinamiento los niños estuvieron conmigo porque mi ex pareja acababa de llegar de viaje. Generalmente cambiamos semana a semana, pero ahora están de martes a viernes conmigo y fines de semana y lunes con su padre. El coronavirus también ha obligado a una reorganización en ese sentido por el teletrabajo del padre de los niños. Cuando están en casa hacemos deberes, jugamos…
¿Hay algo positivo en este confinamiento?
Yo me cuido e incluso hago más ejercicio. Comemos mejor y pasamos un tiempo de calidad juntos. Pasamos ratos buenísimos y a los niños se les nota que están más relajados. Valoramos cosas que antes dábamos por sentadas como la libertad, que nos parecía algo tan normal. Ahora somos como pájaros enjaulados, que siempre me han dado mucha pena.
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