En Txomin Enea vive Sara Mujica Mendiola con su familia. Estos días de confinamiento, además de las cuatro personas habituales, está en casa una prima de Barcelona que se encontraba de visita cuando se declaró el Estado de Alarma. Ven pasar el tiempo disfrutando juntos y buscan el lado positivo a la experiencia. Y Sara se lo encuentra.
¿Cuántos sois en la familia?
Cuatro, pero está también mi prima. De forma habitual somos Jon y yo y las dos niñas de 4 y 6 años.
¿Desde qué días estáis encerrados?
Desde el fin de semana en que dejaron el cole.
¿Alguno de vosotros sale a trabajar?
No.
¿Creéis que podéis ser positivo alguno?
No. Para nada.
¿De qué espacio disponéis en casa?
Nosotros nos mudamos a Txomin Enea en agosto y antes no teníamos terraza. Ahora sí y nos da la vida. El encierro hubiera sido mucho peor sin esa posibilidad. La aprovechamos mucho.
¿Cómo os habéis planteado la compra?
Jon o yo hacemos una compra grande a la semana en Loiola. Aquí debajo de casa tenemos una panadería pero no salimos todos los días. De hecho hemos estado cuatro días seguidos sin movernos de casa.
¿Qué temes más de este encierro?
Que mis hijas no quieran volver a salir porque se lo están pasando muy bien.
¿Qué es lo que peor llevas?
Pues también debo responder por las niñas. Porque aunque están muy bien echan de menos juntarse con otros niños y con sus primos. Para los adultos esto resulta menos duro. Ellas me preguntan a ver si el bicho sigue fuera…
¿Cómo transcurre el día a día?
Por la mañana hacemos los deberes de la ikastola y por la tarde manualidades, gimnasia con tutoriales… todo está enfocado a las niñas y a disfrutar juntos todos porque nunca habíamos estado tanto tiempo de esta forma.
¿Hay algo positivo en este confinamiento?
Sí. Principalmente el bienestar del planeta. Y además del tema ambiental se están generando unas relaciones sociales que no hubieran existido de otra manera. Se generan lazos entre los vecinos. No sé si durará, pero a nivel social está siendo bonito.
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