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Confinados

Día 21. «Trabajo como celador. Si no soy positivo por coronavirus lo seré en algún momento»

Aritz Anasagasti, de 35 años, es de las pocas personas a las que el coronavirus no le ha cambiado demasiado

Aritz Anasagasti en su casa de Hernani y con ganas de volver al monte. Foto: DonostiTik

Aritz Anasagasti, de 35 años, es de las pocas personas a las que el coronavirus no le ha cambiado demasiado la rutina diaria. Es celador en el Hospital Donostia y acude a cumplir con sus turnos en un trabajo en que la realidad del coronavirus lo invade todo. «En el hospital no hablamos de otra cosa», explica. Después llega a su casa, en Hernani, y no puede estar con su pareja. Se lo cuenta a Donostitik.

¿Cuántos sois en la familia?

Somos dos, mi novia Maite y yo. Pero ahora estoy solo porque ella está embarazada y yo trabajo como celador en el Hospital Donostia. Así que antes del confinamiento nos pareció mejor poner distancia, que ella fuera a Bergara con sus padres, y ver qué pasaba. Después llegó el confinamiento y así nos hemos quedado. Ella es médico de Urgencias pero ya estaba de baja para cuando todo empezó.

No se puede decir que estés encerrado, entonces. 

Estoy encerrado los días en que libro. El resto de los días mi realidad no ha cambiado demasiado. Trabajo en distintos turnos de lunes a domingo. Este fin de semana he librado. 

¿Te planteas que puedas estar contagiado?

Si no soy positivo por coronavirus, lo seré. Me planteo el cuándo. Hago todo lo posible por poner barreras, pero esa es la realidad. Trabajo en la zona ‘limpia’ del hospital. Pero me parece difícil librarme. 

¿De qué espacio dispones en casa?

Pues tengo suerte porque tengo una terraza grande que me salva para hacer ejercicio. Hora y media todos los días. 

¿Cómo te has planteado la compra?

La hago una vez a la semana. Al principio compré muchos frescos para congelar. Ahora, una vez por semana, cuando vuelvo del trabajo, hago la compra. Pero es sólo para mí y voy de sobra. 

¿Qué temes más de este encierro?

La situación de mi familia y la de los demás. Me decía una amiga que su abuela estaba muy mal y su abuelo con fiebre. Temo eso: que se contagien los cercanos. Los números nos avalan a la gente joven, pero todos tenemos familia mayor. Y padres. Veo en el hospital lo que hay y eso es lo que me da miedo. 

¿Qué es lo que peor llevas?

No poder desfogarme. Vuelvo de un día complicado en el trabajo y no puedo salir a hacer ejercicio y además no puedo hablar con nadie. Esa soledad me pesa un poco. En el hospital charlas con la gente, pero no hablamos de otra cosa. 

¿Cómo transcurre el día a día?

Trabajo, vuelvo a casa, hago hora y media de ejercicios en la terraza, veo alguna serie y preparo la comida del día siguiente. No puedo salir al monte, a correr ni a andar en bici, que es lo que me gusta, así que hago cosas cuando libro que no me había planteado. Por ejemplo me he puesto a pintar. Y a hacer yoga.

¿Hay algo positivo en este confinamiento?

No creo que esta situación cambie nuestra rutina en el futuro. Creemos que sí, que pasaremos más tiempo con la familia, que viviremos más tranquilos, pero no lo creo. Ojalá sí nos cambiara un poco y lo hiciéramos todo de otra manera. 


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