Día 19. «Nos lo tomamos como cuando vamos de cámping»

Maite Martínez, Marcos Gómez y sus hijos Jon y Xabi pasan el confinamiento en su casa de Riberas de Loiola. Él sale a trabajar y los niños son los que imprimen el ritmo de la vida durante el confinamiento. Por la mañana hay deberes con el mayor y por la tarde juegos. En esta nueva rutina se dejan de lado las incertidumbres que provoca esta situación. Sin embargo Maite trabaja en hostelería y justo acababa de dejar un trabajo para entrar en uno nuevo.

¿Cuántos sois en la familia?

Cuatro. Nosotros dos y nuestros hijos de 7 y 4 años. 

¿Desde qué día estáis encerrados?

Desde el inicio del confinamiento. 

¿Alguno de vosotros sale a trabajar?

Marcos sí sale. Después del anuncio de Pedro Sánchez este pasado domingo pensó que no iría más, pero con el resquicio legal que se ha abierto está yendo y en la empresa van definiendo las jornadas laborales día a día. Yo estaba en un momento de transición y me quedo en casa con los niños.

¿Podéis ser positivo alguno?

Creemos que no. Pero contacto con el exterior tenemos. También salimos a la compra. Creemos que no tenemos a ninguna persona contagiada cerca. Pero seguros no estamos.  

¿De qué espacio disponéis?

Tenemos una casa con terraza, que en estos días es un alivio, así que no nos podemos quejar.  

¿Cómo habéis planteado la compra?

Bajo yo (Maite) cada dos o tres días. 

¿Qué temes más de este encierro?

El tema laboral. A mí me ha coincidido en un momento complicado. Acababa de dejar un trabajo del sector hostelero para entrar en uno nuevo. Así que estoy a medias y con esa incertidumbre de cómo va a ser todo después. La hostelería está especialmente golpeada por esta crisis.

¿Qué es lo que peor lleváis?

No tener un espacio definido para cada uno. También el hecho de no poder salir a la calle a airearnos y hacer deporte. La parte familiar la llevamos bien. 

¿Cómo transcurre el día a día?

Pues me quedo yo con los niños. Hacemos los deberes por la mañana, que prácticamente está dedicada al mayor, y por la tarde algo más lúdico. Música y juegos sobre todo. Planes para los niños. 

¿Hay algo positivo en este confinamiento?

Nos lo tomamos como cuando vamos de cámping. Es una oportunidad para estar los cuatro juntos y la verdad es que no nos llevamos mal, nos gusta estar juntos. Eso es lo positivo.