Décimo día de confinamiento y esta sección refleja hoy el miedo al que se enfrentan las personas con enfermedades crónicas al coronavirus. En este caso se trata de una persona joven, Ana, de 27 años, estudiante y enferma de Crohn.
¿Cuántos sois en la familia?
Ahora mismo en casa vivimos tres personas, mis padres y yo. Mi hermano está independizado.
¿Desde qué día estáis encerrados?
Oficialmente llevo desde el 14 de marzo confinada. Soy estudiante y el jueves 12 de marzo nos anunciaron que el día 13, viernes, se suspendían las clases presenciales. Para entonces ya se había recomendado no salir de casa, pero el sábado aproveché para dar un paseo por la playa sabiendo que era muy posible que el Gobierno mandara el confinamiento de los ciudadanos.
La verdad es que en un primer momento me agobié pensando en la idea de no poder salir de casa, pero para mi sorpresa, al pasar los días he podido comprobar que no me está costando tanto como yo pensaba.
¿Alguno de vosotros sale a trabajar?
Ningún miembro de mi familia sale a trabajar. Nos los estamos tomando como unas vacaciones algo extrañas.
¿Podéis ser positivo por coronavirus alguno?
No tenemos ningún síntoma, ni hemos tenido contactos de riesgo, por lo que en teoría ninguno de nosotros tiene el virus.
¿De qué espacio disponéis?
Vivimos en una casa pequeñita, de 60 metros cuadrados. Aún así, nos arreglamos muy bien. Como no tengo balcón, ni terraza, lo único que puedo hacer cuando siento la necesidad de tener más espacio es asomarme a la ventana, respirar y observar la naturaleza. La verdad es que ese pequeño gesto ayuda mucho. Y no voy a mentir… ahora me encanta sacar la basura.
¿Cómo habéis planteado la compra?
Mi madre hace la compra grande una vez entre semana en el supermercado, y si por un casual necesitamos alguna otra cosa bajamos a una tienda cerca de casa, lo justo para no salir mucho.
¿Qué temes más de este encierro?
No me preocupa estar en casa, ya que eso significa que tengo pocas probabilidades de contagiarme. Lo que realmente me preocupa es coger el virus porque, aunque soy una chica joven, también soy población de riesgo. Padezco una enfermedad crónica del sistema digestivo llamada Crohn.
Por ejemplo, este viernes, tengo que ir al hospital a que me pongan por vía intravenosa un tratamiento biológico que necesito para controlar la enfermedad. Esta medicación tiene efecto inmunosupresor, me baja las defensas del cuerpo. Y las defensas juegan un papel fundamental a la hora de combatir el coronavirus. También me preocupa contagiarme en el hospital, durante las horas que dura la transfusión del medicamento. Pero espero que cuando superemos esta crisis, todas mis preocupaciones hayan sido solo eso, preocupaciones.
¿Qué es lo que peor lleváis?
Sin duda alguna lo que peor llevo es no poder pasear por la playa. Pero si todos nos quedamos en casa, estoy segura de que pronto podré disfrutar de ese placer.
¿Cómo transcurre el día a día?
Por la mañana sigo las clases online por vídeo llamada y por la tarde sigo estudiando. Es un poco agobiante porque no es lo mismo que ir a clase presencial, tiene más dificultades. Pero hay que hacer el esfuerzo para terminar el curso bien. También intento hacer deporte todos los días con Youtube. Además hago vídeo llamadas a mis amigas e incluso una de ellas, que es psicóloga, nos esta dando clases de relajación que son geniales. La verdad es que no tengo tiempo para aburrirme.
¿Hay algo positivo en este confinamiento?
Para mí lo positivo ha sido poder reducir mi ritmo de vida y relajarme. Veo que a mis padres les ha pasado lo mismo y yo diría que estamos teniendo mejor convivencia, que estamos más unidos. También tengo que decir que me encanta el momento de salir a aplaudir al balcón, me parece que es algo precioso.
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