Primer día laborable de confinamiento en San Sebastián tras ser decretado el estado de alarma. DonostiTik quiere entrar en los hogares y ver cómo viven la reclusión los ciudadanos. Hoy es protagonista la familia Pérez, que cuenta su experiencia desde su casa en Martutene. Hablamos con Silvia, una joven de 25 años.
- ¿Cuantos sois en la familia?
En mi familia somos cinco personas: tres hermanos y mis padres. Mi hermano pequeño de 12 años esta sin colegio, mi hermana de 20 años está también sin clase. En mi caso me he quedado sin ir a trabajar al igual que mi madre. Las dos trabajamos de cara al público y de momento el único que tiene que ir a trabajar es mi padre.
- ¿Desde que día estáis encerrados?
Llevamos desde el fin de semana en casa, así que es el tercer día para nosotros. Viendo qué es lo que se va comentando del tema e informándonos sobre el confinamiento. Estando un poco al día y teniendo en cuenta todas las precauciones posibles.
- ¿Alguno de vosotros sale a trabajar?
Mi padre que trabaja en el sector de la construcción sí ha tenido que ir a trabajar, de hecho pensábamos que les mandarían a casa esta misma mañana y de momento no. No sabemos como irá transcurriendo el día, como será su jornada laboral.
- ¿Crees que puede haber algún positivo en casa?
Diría que no, pero no puedo asegurarlo. Parece que hay personas que no tienen síntomas y además la incubación dura varios días.
- ¿De qué espacio disponéis?
Vivimos en una casa de unos 90/95 metros cuadrados y tenemos una pequeña terraza que cuando hace bueno se puede utilizar. Pero vienen días malos. Siempre está bien tenerla para airearnos.
Todo resulta muy raro y nunca nos habíamos planteado vivir algo así: no poder salir a la calle o que podamos poner en riesgo a otras personas. Lo llevamos bien pero es duro estar 24 horas metidos en casa con un contacto mínimo con otras personas, tanto amigos como demás familiares.
- ¿Como habéis planteado la compra?
La semana pasada veíamos que en otras ciudades se generaban colas inmensas y que se veían situaciones muy surrealistas, pero nos lo tomamos al principio un poco de risa. Este fin de semana hemos aprovechado para hacer acopio de cosas básicas como leche, aceite u otros alimentos. Acudimos a un supermercado y nos llevamos una sorpresa, había mucha gente a horas muy tempranas y pasillos que estaban arrasados. Hay gente mayor que igual no puede salir a hacer compras y cuando realmente lo necesitan se encuentran que no hay nada.
- ¿Qué temes más de este encierro?
Lo que más temo es la vuelta a la vida normal. Qué va a pasar luego, qué va a acarrear en puestos de trabajo, qué pasa con el sueldo de este mes, si al volver las condiciones serán las de siempre… Es lo que más preocupa a mí en particular.
- ¿Como transcurre el día a día?
Como si fuese un domingo con mal tiempo y te tienes que quedar en casa porque no hay mejor plan. Pensar que día tras día va a ser lo mismo me parece muy pesado. Intento no pensarlo, llevarlo de la mejor forma. Hay veces que se me hace duro, pero todavía me quedan 10 días, 13… prefiero no pensar, que vaya pasando.
- ¿Que es lo peor que llevas?
No poder hacer nada, no sentirme físicamente activa. A lo largo de un día normal tengo bastante actividad física. Me gusta llegar al final del día cansada. Lo peor es saber que tengo tiempo real para hacer muchas cosas pero las circunstancias me lo impiden.
- ¿Hay algo positivo en este confinamiento?
Quizás nos hace valorar más las cosas del día a día, aunque suene a tópico. Muchas veces, en situaciones extremas, te das cuenta de la gente que tienes alrededor, con la gente que puedes contar. También puede ser positivo tener tiempo para una misma. Algo bueno se aprenderá de todo esto.
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