La Ertzaintza culminó la semana pasada una operación policial denominada ‘Martzi’, que ha permitido desmantelar un grupo criminal que habría defraudado 40 millones de euros a la Hacienda gipuzkoana y a la estatal al no declarar el IVA en la venta mayorista de carburantes. En total hay 11 personas detenidas o investigadas. El considerado líder del grupo se encuentra en prisión y el resto en libertad, aunque todos con la obligación de depositar una fianza solidaria de 40 millones. La operación ha contado con la colaboración de los Mossos d’Escuadra y la Guardia Civil.
El sistema
La investigación de la Ertzaintza comenzó a principios del mes de julio pasado tras recibir un encargo del Juzgado de Instrucción número 3 de Donostia, derivado de la denuncia judicial interpuesta por la Hacienda Foral de Gipuzkoa, que a principios de año detectó irregularidades en relación a la trama. Tras constatar los indicios de fraude la Hacienda foral llevó el caso a los tribunales y advirtió a la Agencia Tributaria estatal del proceder del grupo investigado.
La Ertzainta trabajó con el Servicio de Investigación Criminal Territorial de Gipuzkoa. En el proceso han colaborado también dos técnicos de la entidad foral gipuzkoana.
Básicamente el delito consistía en no ingresar a la Hacienda el IVA derivado de la intermediación en la venta de carburantes que realizaba el presunto grupo criminal entre empresas petrolíferas y gasolineras ubicadas en el sur y el levante peninsular. En cambio esas gasolineras sí deducían de forma legal las cantidades del IVA no tributado por la trama desmantelada ahora. Ese fraude permitía además al grupo delictivo ofrecer a las estaciones de servicio precios inferiores a los del mercado, lo que provocaba un grave perjuicio a los competidores que sí cumplían con las obligaciones fiscales.
Esta trama constituyó una empresa a finales de 2015 y operó de forma ilegal durante 2016. La actividad continuó en 2017 a través de una segunda entidad comercial. En ambos casos su titularidad se ocultaba a través de varios testaferros que figuran entre los implicados. Ese cambio de empresa y el uso de testaferro pretendían dificultar la labor fiscal de las agencias de tributación. En este tiempo han contado con una sede en un bloque de oficinas de un polígono industrial de Irun, donde usaban locales de su propiedad, y en unas dependencias alquiladas en Madrid.
Una parte del grupo realizaba tareas de dirección con el líder encarcelado al frente, mientras que otra se dedicaba a labores de gestión administrativa incluyendo el blanqueo de capitales. Otros integrantes llevaban a cabo funciones comerciales para cerrar operaciones entre mayoristas y minoristas. Por último los testaferros se encargaban de dar opacidad a la actividad de la trama.
Las compras de carburante a las empresas suministradoras se realizaban casi a diario por valor de decenas de miles de euros aunque el grupo no llegaba a tocar el producto y se limitaba a gestionar su distribución en los puntos de venta finales. Se calcula que el fraude en estos dos años alcanza los 40 millones de euros. De ellos 23 millones corresponderían a la hacienda gipuzkoana y los otros 17 millones a la estatal.
La investigación culminó la primera semana de enero con un operativo policial que permitió localizar a once personas sospechosas de formar parte del grupo. Dos de ellas fueron arrestadas en Irun, tres en Vielha (Lleida), otras tres en Madrid, una en Ciudad Real y otra en Córdoba. A la undécima se le comunicó en Madrid su situación de investigada en el caso.
De forma simultánea se realizaron un total de catorce registros en diversos inmuebles: cuatro en Irun, cinco en Madrid, dos en Ciudad Real, dos en Córdoba y uno en Lleida.
En los registros además de documentación, ordenadores, teléfonos, y archivos informáticos se intervinieron 91.000 euros en metálico, joyas y ocho vehículos de alta gama, varios de ellos valorados en unos 100.000 euros.
En este desenlace de la operación participaron además de la sección encargada del caso, ertzainas de Investigación y Protección Ciudadana de las comisarías de Irun y Errenteria y agentes de los Mossos de la Región Policial de Pirineos Occidentales y agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil.
Tras pasar a disposición judicial en el Juzgado de Instrucción número 3 de Donostia el principal implicado ingresó en prisión y el resto quedó en libertad con medidas cautelares. Los once tienen obligación de depositar una fianza solidaria de 40 millones de euros.
La autoridad judicial decretó el embargo de cuentas bancarias y otros activos financieros e inmuebles. La investigación continúa abierta.
Desmantelada una organización por defraudar en las haciendas gipuzkoana y estatal 40 millones en el IVA de la venta de carburantes
La Ertzaintza culminó la semana pasada una operación policial denominada ‘Martzi’, que ha permitido desmantelar un grupo criminal que habría
Temas: sucesos
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