«¿Qué va a pasar con nuestras casas?», se preguntaba esta mañana Maricarmen Astigarraga, vecina afectada por el derrumbe en la parte trasera de las viviendas de Lizarriturry, en la Avenida de Zarautz, y presente en el pleno donostiarra junto a miembros de Satorralaia, la plataforma contraria a las obras del Metro. La oposición pidió que hablara sobre el tema el alcalde Eneko Goia y ha sido el concejal Jon Insausti quien lo ha hecho y ha remitido, igual que ayer el concejal Martín Ibabe, al informe técnico que se está elaborando y explicará el origen del derrumbe. La vecina, Maricarmen Astigarraga, ha pedido la palabra, pero no le ha sido dada.
Astigarraga, que vive en el portal 31, ha pedido (ya en el exterior del salón de plenos) un informe externo «que explique los riesgos reales del proyecto. Para proteger la estación se han hecho dos tipos de bóvedas justo debajo de la ladera. Con esas dos zonas impermeabilizadas esa agua que antes se filtraba no tiene por dónde salir. Ese es un gran temor que tenemos. ¿Qué va a pasar con nuestras casas?»
Los vecinos defienden que la ladera afectada lleva así más de cien años y nunca ha habido problemas hasta que han comenzado las obras. Astigarraga se ha referido a «grietas que han sido denunciadas, vibraciones día y noche que superan en tres veces el máximo permitido, ruidos… Yo ya estoy nerviosa porque mañana va a llover».
«De Benta Berri a la Avenida de Zarautz hay dos accesos al topo. Eso no pasa en ninguna ciudad. Dos accesos en 200 metros con el riesgo que supone», critican los vecinos.
Respecto al derrumbe del martes de madrugada, Astigarraga ha sido muy franca: «No podemos decir que no sea por las lluvias, pero tampoco podemos decir lo contrario.
Garbiñe Alkiza, concejala de EH Bildu, ha criticado que no se haya dado la oportunidad a la vecina de expresarse durante el pleno ante el gobierno municipal y la oposición.
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