Stop Desahucios Gipuzkoa ha informado, a través de un comunicado, que esta pasada noche, Julián, un vecino de Astigarraga de 72 años y gravemente enfermo, ha sido «lanzado» de su casa de toda la vida, el caserío Gurutzeta.
La plataforma, que ya se movilizó en febrero ante la posibilidad de que Julián fuera desahuciado, denuncia que «ha sido el prestamista usurero el que ha consumado el lanzamiento de su casa, sin notificación alguna, ni a él, ni a su representación procesal, ni al ayuntamiento».
El ayuntamiento de Astigarraga ya ha intercedido para que Julián pueda recoger sus pertenencias y ayer noche ya fue instalado un apartamento dotacional. Desde Stop Desahucios han querido agradecer «el apoyo y la rápida solución habitacional dispuesta por este consistorio».
9 años de calvario
Este «lanzamiento» supone un paso más dentro del tortuoso camino que arrancó hace casi una década en el caserío Gurutzeta. Según informa la plataforma, «Julián tiene 72 años y es enfermo coronario; su sobrina y el marido de la misma tienen una discapacidad declarada y los tres conviven con el hijo menor de la pareja. Hace 9 años cayó en las redes de un contrato con Gomerdino SL, prestamista con sede en Zaragoza.»
«Julián necesitaba 60.000 euros, pero le liaron» para que solicitar 147.000. Firmó por toda la cuantía, pero según Stop Desahucios solo recibió 60.000 y las condiciones eran «draconianas». «El interés ordinario era del 15% y el interés de demora del 29%. Redondeando salen 198.000 euros de deuda. Aunque solo han recibido 60.000. No sabía lo que firmaron y no les dieron copia de la escritura».
En la calle con lo puesto
Stop Desahucios denuncia en su comunicado que “sorpresivamente, ayer, 20 de marzo, se presentó la comisión judicial junto con representaciones de la otra parte, cambiando el bombín del caserío y sin dejar a D. Julián recoger ni siquiera la medicación urgente que precisa. Todo ello, insistimos, sin su previo conocimiento, es decir sin saber que ayer a las 9H la comisión judicial iba a cambiar la cerradura, dejándole en la calle con lo puesto.»
La plataforma y la representación procesal denuncian «el comportamiento irregular de los juzgados intervinientes ya que ha posibilitado que un prestamista usurero por fin haya tomado posesión de un caserío, siendo julián usufructuario vitalicio, valorado en más de 300.000 euros por un préstamo usurero”.
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