Hasta el 8 de marzo la obra de Nagore Legarreta ‘Imágenes de fuego’, resultado de varios viajes a la India, puede verse en Kutxa Kultur Plaza de Tabakalera. La artista de Hernani construyó la cámara fotográfica a partir de una caja de cerillas y dejó paso a la luz y el color… Después de exponer en Las Palmas o Madrid la obra puede verse en Donostia de la mano de la plataforma Katapulta.
Detrás de esta exposición hay varios viajes a la India. ¿Da por terminada esta serie de ‘Imágenes de fuego’ o tendrá continuidad?
La dejo en ‘stand by’. Ahora estoy trabajando en otros proyectos pero siempre queda una puerta abierta.
¿Por qué empezó a trabajar con cámaras estenopeicas?, ¿encuentra aún nuevas posibilidades en este sistema o considera que ha tocado techo?
Estudié Comunicación Audiovisual pero enseguida cogí una cámara, me fui por libre y me decanté por la fotografía artística. Conocí a un chico, Alberto Gago, y las cámaras estenopeicas, y se me disparó la imaginación porque había muchas las posibilidades. Lo que realmente me deslumbró era la posibilidad de jugar con los formatos más allá de lo establecido. Latas, cajas de cerillas… he trabajado mucho con estas cosas. En este momento no me interesa tanto el hecho de que la cámara sea estenopeica. Estoy trabajando en la búsqueda de nuevos formatos para expresarme más allá del tipo de cámara que utilice.
Lo mismo le pregunto respecto a la India. ¿Hay otros países que también ejerzan de imán para su inspiración?
Viajé bastante durante varios años y he fotografiado mucho. Curiosamente ahora estoy explorando más mi mundo interior, mi imaginación. Y con ello tienen vinculación mis proyectos. Estoy en un proceso de transición.
Y en este momento de cambio, ¿le inspira algún artista?, ¿y cuáles son los temas que la tienen ocupada en esta etapa?
Tàpies y Chillida me atraen muchísimo. Y respecto a los temas hay dos áreas donde encuentro mucha expresividad: el cuerpo femenino y la naturaleza. Y la fusión de ambos.
¿Se considera fotógrafa de profesión?, porque da la sensación, viendo su muestra en Kutxa Kultur Plaza, de que hay una clara tendencia hacia otras disciplinas.
Sigo muy vinculada a la fotografía, pero siempre he colaborado con disciplinas como la danza, la escultura, incluso he trabajado con textos. Y llega un momento en que ya no me siento tan fotógrafa. Soy una creadora visual y lo que me importa es transmitir sensaciones por medio de imágenes y piezas. De hecho ahora estoy trabajando en ello: en la creación de piezas combinando distintos materiales como aluminio, papel fotográfico, madera… y eso abre mundos. Es un proceso muy lento, eso sí.
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