(EFE). El director del Consorcio de Residuos de Gipuzkoa (GHK), César Gimeno, ha declarado este viernes en calidad de investigado en el juzgado de San Sebastián que instruye el vertido de hace dos años a la regata de Arkaitz Erreka, cercana a la incineradora, mientras que los cargos de las empresas concesionaria y operadora de la planta de Zubieta han optado por no testificar.
Ésta era la segunda vez que Gimeno comparecía ante la magistrada del Juzgado de Instrucción número 5 de la capital guipuzcoana, ya que el 13 de enero pasado lo hizo como representante legal del Consorcio y hoy debía hacerlo a título personal.
Al procedimiento estaban citados a declarar también como imputados el director técnico de la empresa concesionaria Ekondakin, Santiago Barba; el gerente de la operadora Ekobal, Víctor Guindo, y la representante legal de la primera de éstas, Ane Lertxundi, pese a que se esperaba que compareciera María Jesús Ramírez, que era la responsable legal cuando se firmó el contrato de concesión de la incineradora.
Los tres se han acogido al derecho de no declarar en esta diligencia, al parecer, porque han preferido hacerlo cuando se conozca algún informe adicional que se habría pedido al Seprona de la Guardia Civil, según ha explicado Gimeno a los medios informativos una vez concluida la diligencia, y «como excusa para dilatar el proceso», según Joseba Belaustegi, abogado y portavoz de la plataforma GuraSOS, que ejerce la acusación popular y promovió el procedimiento.
Por qué no entraron los inspectores
Las citaciones de hoy se suman a las de enero pasado, cuando testificaron un camionero y varios empleados y jefes de turno que trabajaban cuando ocurrió el derrame y posterior vertido de agua amoniacada a la regata de Arkaitzerreka en mayo de 2020 y por el que, tal como ha recordado hoy el director general de GHK, esta entidad foral y municipal impuso tres multas por un total de 45.000 euros a las concesionarias.
Gimeno ha dicho que este viernes ha vuelto a testificar en similares términos que en su primera declaración, que efectivamente hubo «una descarga incorrecta de un camión con amoniaco que terminó en la regata».
En esta segunda declaración, ha vuelto a explicar «por qué no se dejó entrar en un primer momento (a las instalaciones de la incineradora) a los inspectores de la Agencia Vasca del Agua-URA«, porque «el personal de Seguridad tenía «instrucciones» de «no dejar entrar a desconocidos» debido a los «sabotajes y manifestaciones» que había habido «durante toda la construcción».
Ha añadido que, a partir de ese hecho, él mismo dio «la orden de que ningún inspector de una administración pública necesita permiso para poder entrar».
En fase de pruebas
El máximo responsable del Consorcio de Residuos de Gipuzkoa ha insistido en que «cuando ocurrió el incidente el complejo estaba en ‘fase de puesta en marcha’ y la responsable era la UTE Zubieta, que también se encargó de ‘fase de construcción'», pero fue Ekobal la que empezó con la tarea operativa a partir de diciembre de 2020, si bien su personal «estuvo presente» en las anteriores etapas.
Gimeno reconoce que hubo «un lavado incorrecto al final de la cisterna» y «un vertido al suelo que fue a un cubeto de seguridad», que éste «no estaba bien implantado» y «tenía una bomba automática que no tenía que estar», que fue la que impulsó el agua contaminada a la regata.
«El encargado de controlar aquello fue una empresa especializada», la alemana SBE, socio tecnológico de la concesionaria Ekondakin.
«Una nebulosa»
El abogado y miembro de GuraSOS, colectivo opositor a la incineradora guipuzcoana, ha asegurado por su lado que el director general de GHK «se ha mantenido en su estrategia de imputar la responsabilidad al socio alemán» y a sostener que «no sabían que se había cambiado el diseño del proyecto (con la introducción de la citada bomba automática), lo cual está acreditado que no es así».
Belaustegi ha augurado «mucho trabajo» de cara al futuro juicio porque, en su opinión, será la acusación popular que ejerce el colectivo opositor la que tenga que esclarecer «en solitario» la responsabilidad de cada agente interviniente, y son muchos». «En esa nebulosa se escudan», ha zanjado.
Deja un comentario