(Bruno Parcero/EFE).- Todos los éxitos tienen un punto de inicio y el de esta Real Sociedad femenina que por primera vez ha logrado su clasificación para disputar la próxima edición de la Champions hay que buscarlo el 28 de junio de 2021.
Entonces nadie podía imaginar semejante logro porque ese día el club hizo oficial lo que ya era un secreto a voces, la baja de 10 jugadoras de cara a la siguiente temporada, sembrando de incertidumbre el futuro de un equipo txuri urdin que no solo ha sabido reinventarse, sino que lo ha hecho para ser todavía mejor.
Por diferentes razones se fueron del equipo Nahikari García, Itxaso Uriarte, Mariasun Quiñones, Leire Baños, Nuria Mendoza, Manu Lareo, Kiana Palacios, Bárbara Latorre, Lucía Rodríguez y Maitane López, futbolistas no precisamente menores, no en vano siete de ellas habían sido campeonas de Copa en mayo de 2019 y las otras tres, Latorre, López y Lucía, habían sido fichajes de acreditada solvencia.
La Real había intentado hasta el final seguir contando con nueve de esas 10 jugadoras. Todas menos Manu Lareo tuvieron oferta de renovación, ninguna a la baja, pero todas dijeron que no, lo que generó en el entorno muchas suspicacias.
Mantener a futbolistas como Nahikari, Lucia o Maitane era prácticamente imposible porque las ofertas del Real Madrid y Atlético estaban fuera del alcance presupuestario de la Real. En la decisión de rechazar la renovación por parte de Baños y Quiñones tuvo mucho que ver la pérdida de protagonismo de ambas jugadoras, mientras que Mendoza dio por finalizado su ciclo en la Real y la mexicana Palacios decidió regresar a su país relegada ya a un papel secundario.
También por esas fechas llegó a ponerse en cuestión la continuidad de la entrenadora, Natalia Arroyo, señalada desde algunos sectores como la principal culpable de la marcha de la mayoría de las jugadoras y cuyo nombre sonó con fuerza para ocupar el banquillo del Barça.
En el club, sabedores desde hace tiempo que el proyecto debía iniciar una nueva etapa, comenzaron con una reconstrucción que conllevó los fichajes de Claire Pleuler, Manuela Vanegas, Iris Arnaiz, Allegra Poljak y la cesión desde el Barça de la joven de 19 años Emma Ramírez.
Había cierta preocupación en los responsables de la entidad txuri urdin por la pérdida de identidad que pudiera tener la plantilla tras la marcha de jugadoras de casa como Nahikari, Quiñones, Baños o Itxaso y eso se compensó ascendiendo del filial a las prometedoras Mirari Uria y Elene Lete y dando protagonismo a jugadoras del B como Izarne Sarasola o Claudia Fernández.
A su vez, en el club dieron las llaves del equipo a Nerea Eizagirre y Amaiur Sarriegi, mientras que jugadoras como Maddi Torre o Ane Etxezarreta pasaron a tener un papel más importante dentro del vestuario. Así que con estas novedades y con el objetivo de estar lo más cerca posible de las tres primeras plazas arrancó la nueva Real la pretemporada el pasado 2 de agosto.
El equipo debutó en Liga el 5 de septiembre con una victoria holgada ante el Valencia (4-1) y ni la grave lesión de Cecilia Marcos en la segunda jornada en San Mamés frenó al equipo donostiarra, que enlazó seis triunfos consecutivos.
La primera derrota se produjo en la séptima jornada en Zubieta ante el Levante (0-1) y a esa le siguió la goleada ante el Barça (8-1). No obstante, lejos de flaquear, la Real se rehízo logrando nueve triunfos y un empate en las 10 siguientes jornadas, con victorias como la lograda a domicilio ante el Atlético de Madrid (0-1).
Por el camino, el club realizó un movimiento en el mercado al permitir la marcha de Claire Pleuler, cuyo rendimiento había estado lejos de lo esperado, y fichando a la delantera de 25 años Synne Jensen.
Ni siquiera tres derrotas consecutivas ante Real Madrid, Barça y Levante apartó a la Real de su camino, certificado con el 4-0 de ayer ante el Rayo gracias a los tres goles de Amaiur Sarriegi y al tanto de Nerea Eizagirre.
Ambas han sido sin discusión los dos pilares sobre el que se ha apoyado este proyecto porque entre la donostiarra (16) y la tolosarra (14) suman 30 de los 60 goles que han marcado las txuri urdin, el tercer conjunto más realizador tras Barça (146) y Atlético (67).
Su otra gran fortaleza ha sido la defensa, ya que la Real es el cuarto club menos goleado con 36 tantos encajados, 17 de los cuales se los marcó el Barça, su verdugo copero. En 12 de los 28 encuentros disputados logró dejar su portería a cero.
Conseguido un objetivo que inicialmente no partía en las previsiones, el reto de los dos últimos partidos de Liga ante Granadilla y Alavés será sumar el punto que necesita matemáticamente para lograr el subcampeonato y disputar de esta forma una única previa para jugar la próxima campaña la fase de grupos de la Champions. De las dudas que había aquel 28 de junio no quedan ni las cenizas.
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