La cervecera Gross ha organizado por primera vez los premios ‘Lata de Oro’ para reivindicar «la existencia de otra Donostia».Ha premiado a la sala Dabadaba y al guía gastronómico Makoto Enooku.
“Son dos distinciones merecidas por su larga trayectoria, cada uno en su sector, pero siempre desde Donostia para dentro y para fuera”. Son palabras de Andoni Galdos, gerente de Gross, durante el acto de entrega el pasado jueves, 18 de enero, en la Cofradía Vasca de Gastronomía de la Parte Vieja donostiarra.
«Más allá de lo que siempre nos han vendido, hay otra San Sebastián que está viva, que hace cosas muy interesantes, pero que no destaca como agente activo de nuestra ciudad. Otra Donostia no es posible, ya existe», apuntó Galdos. De ahí que Gross haya querido dar sendos reconocimientos.
El primero de ellos, a una persona física, que recayó sobre el guía gastronómico Makoto Enooku y el segundo galardón, en cambio, fue para un grupo o colectivo, en este caso la sala de conciertos Dabadaba. «Desde hace años están haciendo un trabajo tremendo, cada uno en su ámbito, para abrir San Sebastián a los cuatro vientos. Les conocemos desde hace mucho y todo esto se lo teníamos que agradecer desde Gross; esta ha sido nuestra forma», indica el gerente.
Multitud de amistades, gente del mundo de la cerveza y clientela, entre otros, se dieron cita en el acto, que finalizó con un aperitivo. Los ganadores agradecieron mucho los premios y recibieron con satisfacción sus latas.
«Nos hemos quedado muy a gusto, ha habido un ambiente muy bueno, acompañado de humor, algo de rebeldía o reivindicación y también seriedad, por lo que ha estado en su punto. Para una primera edición no podemos pedir más, así que espero que hagamos la segunda», comentó el gerente.
Gross tenía muy claro quiénes serían los premiados de esta primera edición, y así lo manifestaron en el mismo acto: «Los más de 3.000 actos organizados por Dabadaba en su trayectoria de una década son suficientes para recibir el premio, así como por su influencia en la música y la cultura de la ciudad tanto en San Sebastián como fuera”.
En cuanto al japonés, en cambio, explicaron lo siguiente: «Makoto nos ha enseñado que no solo es posible construir puentes sólidos entre dos lugares tan diferentes como Japón y San Sebastián, sino que también hay otra forma de vivir el turismo; que trabaja junto con la ciudadanía en beneficio de la ciudad».
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