Desde que abrió sus puertas en la primavera de 2014, la sala Dabadaba (paseo Mundaiz, 8) se ha caracterizado por dos cosas. Por un lado, ha hecho gala de una creciente apertura estilística que empezó picoteando en el rock and roll. Rápidamente, fueron incluyendo elementos de música electrónica y ritmos caribeños; desde hace algún tiempo, se han volcado con la llamada escena urbana (trap, reggeaton, hip hop) en sus conciertos y sesiones nocturnas. En la actualidad conviven distintas almas musicales que están separadas, normalmente, por el día y la noche.
En segundo lugar, mantienen una voluntad inquebrantable de estar a la vanguardia. La innovación es uno de los ejes fundamentales de su actuación, tanto en el tratamiento de las redes sociales como en la configuración de la agenda musical. La necesidad de mostrar un extenso y singular universo de influencias y gustos ha llevado a sus responsables a organizar una media de 200 eventos musicales anuales para un total de 35.000 espectadores, según sus propios cálculos.
Son cifras prepandemia. 2019 fue la cumbre de su apego por la hiperactividad: el motor del Dabadaba rugió como nunca. Hasta que llegó la debacle de marzo de 2020 tras el concierto de los holandeses Mooon, el último sin restricciones durante una larga temporada. La crisis sanitaria tiró por la borda un trabajo que se había ejecutado a la velocidad del rayo durante un lustro y que incluía una reforma integral de la sala. Dos años y medio después del mazazo que supuso el confinamiento y de las restricciones que ahogaron al sector musical, han vuelto por sus fueros con una ambiciosa programación.
Dabadaba ya es lo que era. Octubre fue un mes rico en cantidad y calidad -como es marca de la casa-, pero la programación diseñada para noviembre supera las previsiones y nos devuelve definitivamente a los tiempos anteriores a la pandemia. El mes se inauguró con el glam descarado y divertido de Josephine Network el día 1 de noviembre. Los asistentes lamentaron que el show solo durase unos 40 minutos. La semana continúa con un menú rocanrolero y que pone el acento en la escena local.
Antes, hoy jueves 3 los gallegos Néboa (8/11 euros) presentan las canciones de su EP Fósforo; un cóctel difícil de etiquetar que navega entre la electrónica suave y ensoñadora, además de jazz y pop atrevido. El viernes 4 el fiestón punk-rocker está más que asegurado con una institución del sonido Buenavista como Discípulos de Dionisos, que celebra su 30 cumpleaños a lo grande y rodeado de amigos: los madrileños Los Chicos y el grupo de origen australiano The Meanies. Entradas a 15/18 euros.
El sábado 5 es un día muy especial para los donostiarras Ghost Number: presentan su nuevo disco, Venenos y Demonios, cantado por primera vez íntegramente en castellano y en el que exploran la cumbia y la mezcla con otros sonidos exóticos. Un puñal y una flor para David y su troupe por 12/15 euros. El 9 de noviembre debería ser una fecha señalada para los amantes del rock con mayúsculas construido con guitarras y melodías eternas. The Sadies son unos superdotados de la música americana; dominan el folk-rock, al country alternativo y hasta la psicodelia. Se abre una interrogante: habrá que ver cómo se apañan en formato trío sin su cantante y guitarrista original, Dallas Good, fallecido repentinamente a principios de año. Estarán acompañados por la deliciosa dupla formada por Kacy & Clayton en un miércoles cincelado con las letras de oro del rock (18/22 euros).
El 10 de noviembre los seguidores del post-rock y del rock instrumental gozarán con la visita de los madrileños Toundra, unos maestros del género, y los zarauztarras SOFA. El precio del concierto oscila entre los 16 y 20 euros. El viernes 11, cambio de tercio capitaneado por el trapero Papi Trujillo, que viene acompañado de Pochi y Suso en una fiesta infinita que arranca a las 22 horas y se alargará hasta las seis de la mañana (13/16 euros).
La segunda mitad del mes aguarda más sorpresas. Quizás el plato fuerte esté protagonizado por el alter ego del artista Michael Quattlebam, Mykki Blanco (16 de noviembre, 15/18 euros), un rapero travestido que ha sacudido el hip hop underground y avivado el debate del género. En su último álbum colabora con figuras rock y pop como Michael Stipe (REM), Devendra Banhart y Anohni (Antony and the Johnsons). Al día siguiente podremos ver el proyecto del batería residente en Bera, Felix Buff, con banda completa. Sepultado por la pandemia, su debut como Rüdiger, Before It´s Vanisehd, pasó algo desapercibido en 2020, pero es un notable tratado de pop moderno y antiguo aderezado con psicodelia. Precio: 8/11 euros.
La recta final se completa con Bariri (viernes 18, 8/11 euros) y su aventurada mezcla de pop, ritmos urbanos y letras loquísimas; Depresión Sonora (sábado 19, 15/18 euros) es una de esas vueltas de tuerca contemporáneas del post-punk español que ha llegado a públicos amplios; Clowns conquistará a los corazones hardcore-punk (miércoles 23, 15/18 euros); Yawners y Bratty pondrán las guitarras noventeras a tope el jueves 24 (12-15 euros); habrá más música urbana con Gloosito (viernes 25, 15/18 euros); los gallegos The Limboos volverán con su infalible revisión del soul y R&B; y, por último, una delicatesen para un mes frenético: Porridge Radio, una de las joyas recientes del indie británico, pisarán Dabadaba por primera vez. Cita imprescindible, otra de tantas.
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