El pasado 4 de enero Dabadaba publicó un mensaje en su cuenta de Instagram que pilló por sorpresa a sus seguidores. El post empezaba con una urgente llamada a la acción -“ayúdanos a seguir abiertos”- en el que se daba a conocer un proyecto de financiación colectiva bautizado como DBDB Wallet, una suerte de monedero digital con el que aportar capital de forma rápida a la sala. Por cada 10 euros invertidos, los participantes reciben un euro extra a cambio y lo pueden utilizar para efectuar sus gastos en eventos (conciertos y djs), consumiciones en barra, compra de discos…
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DBDB Wallet se presenta como una “tabla de salvación” tras las duras restricciones impuestas al sector de la cultura y el ocio en Euskadi con motivo del coronavirus. “Es una de varias medidas que hemos tenido que tomar en enero”, explica Álex López-Allende, uno de los socios del club de la calle Mundaiz. “La viabilidad del Dabadaba, y de casi todas las iniciativas culturales de nuestro tamaño, pasaba por poder trabajar para pagar la montaña de deuda acumulada durante casi dos años. Este parón de diciembre, con el añadido de prescindir de fechas que tradicionalmente eran muy potentes (Navidad, Nochevieja, Reyes, víspera de San Sebastián), más las devoluciones por cancelación de eventos, han sido un golpe horrible a la liquidez”.
El post de Instagram acumula más de 1.200 likes y, lo que es más importante, la gente ha respondido de manera positiva. En apenas un mes se ha obtenido una inyección de 10.000 euros, de los cuales unos 2.000 ya han sido utilizados por sus inversores en las diferentes opciones expuestas en la web, www.dabadabass.com.
Aunque “hay de todo”, clientes habituales y desconocidos absolutos, cifras altas y pequeñas, la aportación más repetida está siendo la de 50 euros por persona. “Ha ido bastante guay. Hay gente que lo ha puesto a fondo perdido, otros sabiendo que lo van a usar durante el año, otros para sacar la entrada para un concierto inmediato más barata…”, explica López.
Desde el encierro de marzo de 2020, y ante la hecatombe del sector musical, especialmente maltratado durante la pandemia, ya habían empezado a barajar distintas fórmulas. Amigos y conocidos les habían “animado” a lanzar un proyecto de crowdfunding para ganar solvencia económica, una práctica muy recurrente en ámbitos culturales; en esto casos se suele donar una cantidad de dinero sin esperar nada o gran cosa a cambio. Sin embargo, desde la sala no se atrevieron a dar el paso por una cuestión de timidez o “por ser consecuentes con el camino elegido”.
Al final, han optado por una vía intermedia que “no sea una historia simplemente solidaria, que está muy guay, sino que sea una ventaja también para el que nos apoya. Nos daría mucha rabia que estuviera la gente apoyando a fondo perdido y, mientras, los consejeros con las manos en los bolsillos mirando al techo”.
Aunque llevaban tiempo queriendo fortalecer la fidelización de su clientela a través del monedero digital, no ha sido hasta este inicio de año, ya con el agua al cuello y con las instituciones públicas puestas de perfil, cuando se ha terminado por implementar la medida. Pese al nombre en inglés y la sorpresa inicial en redes sociales, DBDB Wallet no es un concepto innovador. “No inventamos nada, muchos lo han hecho antes. Estaba la historia aquella de pagarse por adelantado las cervezas durante el primer confinamiento”, recuerda López.
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