Libros, enciclopedias, colecciones de fauna, vídeos, DVD musicales… Antonio Benítez entra a la librería Re-Read de Gros dispuesto a desprenderse de parte de su colección. Básicamente, lo que busca es más hueco. “Estaban en casa, necesitaba hacer sitio y ocupa mucho espacio. Además, las casas de hoy en día no son tan grandes como las de antes”, explica. Algunos de esos objetos terminarán en una caja que la tienda tiene habilitada en la entrada y que lleva por nombre Musutruk. Gratis. Alberto Lizarralde, de Re-Read, asegura que “siempre” han tenido esa “cajita” de regalo para sus clientes. Hay revistas, libros y un poco de todo.
El intercambio de libros, discos y otros materiales culturales se potenció durante el confinamiento. A Lizarralde es un periodo que le trae muy buenos recuerdos. “Nosotros hemos tenido hasta 7 cajas apiladas enfrente del local entre libros que sacamos del almacén y los que traía la gente. Fue muy bonito”. Casi un año después, esta acción solidaria que conecta a ciudadanos con distintos comercios perdura en Donostia. Y la iniciativa no surge solo en librerías o espacios culturales. Es el caso del estanco Almandoz de la calle Felipe IV de Amara, donde sus trabajadoras reconocen abiertamente su pasión por la lectura. “Se habrán distribuido cerca de 3000 libros. Empezamos en marzo y a día de hoy no ha habido una semana que no haya habido libros”, cuenta Maite Almandoz.
Un cartel en la pared contigua al estanco avisa de que no se pueden llevar varios de golpe. Sobre el pequeño montón de libros de la caja destaca uno por encima del resto, de título exótico: La bestia parda. El vengador del holocausto. “No es cuestión de acumular libros, sino de coger uno que te apetezca leer. Esa es la idea”, remata Maite. Esta filosofía de llevarse solo lo indispensable y no acaparar por acaparar también se cumple en Paseo de Colón discos (Colón, 3). Su dueño, un sevillano llamado José Manuel, lleva unos 20 años en esta tienda y muchos días coloca varias cajas fuera del escaparate. Si se bucea se encuentran auténticas joyas, desde discos de cantautores españoles a los Rolling Stones, ensayos, novelas, CDs…
Kike abrió la tienda Libdiscs de la calle Miracruz en verano de 2011. Casi 10 años después su colección de discos no para de crecer y acumula, según sus propios cálculos, más de 6000 LPs. “Mi máxima es la cantidad”, dice en broma este irunés apasionado por el rock y el pop de todas las épocas. Pero en su tienda también prima la calidad, de ahí que en la entrada guarde una jugosa torre de discos de sonido “mejorable”, desde Mikel Oldfield a Paco de Lucía, que termina regalando a sus clientes. “No puedo vender algo que no esté en perfecto estado, la música se tiene que escuchar decentemente”, afirma.
Deja un comentario