(EFE). El súbdito marroquí que intentó matar a otro hombre cortándole el cuello con una botella rota en San Sebastián, en febrero de 2021, ha reconocido este lunes los hechos y ha admitido una condena de cuatro años de prisión.
Inicialmente la Fiscalía pedía ocho años de cárcel para el acusado aunque durante la vista por estos hechos, celebrada hoy en la Sección Primera de la Audiencia de Gipuzkoa, ha accedido a rebajar su petición de condena hasta los cuatro años de cárcel por un delito de homicidio en grado de tentativa, después de que el acusado haya admitido ser el autor de la agresión y se haya conformado con esta pena.
No obstante el procesado tan sólo cumplirá dos años totales de reclusión, ya que los otros dos le serán sustituidos por la expulsión de nuestro país, al que no podrá regresar en los próximos ocho años y además deberá compensar a su víctima con 59.000 euros por los daños y secuelas sufridos.
Se da la circunstancia de que, al haber cumplido ya un año y ocho meses en situación de prisión provisional, el hombre será expulsado a Marruecos dentro de cuatro meses, tal y como ha constatado el tribunal durante la vista.
Según recoge el escrito de acusación provisional del Ministerio Público, al que ha tenido acceso EFE, los hechos que han sido enjuiciados hoy se iniciaron sobre las 11.00 horas del 26 de febrero de 2021, cuando el acusado coincidió con su víctima en un tren de cercanías que se dirigía hacia la capital guipuzcoana donde, en un momento dado, se encaró con ella.
En este contexto, se inició una «fuerte discusión» entre ambos hombres hasta que el convoy llegó a la estación de Ategorrieta, donde el damnificado se apeó en dirección a la Avenida de Ametzagaña, seguido por el encausado, quien entonces rompió una botella de vidrio contra el suelo y se abalanzó contra él.
Seguidamente el agresor, «actuando con ánimo de atentar contra su vida», «asestó un golpe en el cuello» al damnificado, quien sufrió un corte por el que «comenzó a sangrar de manera abundante» mientras su atacante huía del lugar «escondiéndose» luego «entre unos coches» donde se quitó la gorra y la cazadora que vestía y las ocultó en una mochila.
Mientras tanto, el agredido «fue ayudado por varias personas que pasaban por el lugar», una de las cuales pudo «taponarle la herida» que tenía en el cuello hasta la llegada de los servicios sanitarios.
Posteriormente, una dotación de la Ertzaintza localizó al presunto agresor en las proximidades y lo detuvo.
A consecuencia del ataque, la víctima sufrió una herida inciso contusa cervical con shock hipovolémico, neumotórax derecho, crisis tónico-clónicas y neumonía aspirativa, y tuvo que ser intervenida quirúrgicamente mediante una traqueotomía, además de precisar cirugía vascular y de otorrinolaringología.
El damnificado sufrió una pérdida temporal de su calidad de vida durante 339 días, doce de los cuales padeció un «perjuicio personal muy grave», y sufre como secuelas «epilepsia sin trastorno de la conciencia» y un «perjuicio estético moderado» por las cicatrices que le han quedado en la zona anterior del cuello con recorrido hacia la zona mandibular interna.
Deja un comentario