(EFE). Los cerca de 300 estudiantes de una decena de centros escolares de Gipuzkoa que participaron en los viajes de fin de curso a Mallorca tras la EVAU fueron en avión hasta la isla balear para disfrutar de una estancia de seis días que, en la mayoría de las casos, finalizó este mismo miércoles. Pocas horas después de aterrizar en el aeropuerto vizcaíno de Loiu, estos jóvenes de 17 y 18 años fueron citados por el Servicio Vasco de Salud para someterse a una prueba de detección de la covid-19 que, por el momento, ha detectado ya 49 positivos. A nivel estatal son casi 400 los casos detectados en seis comunidades y por el mismo motivo.
Telmo Ordinas, monitor de un centenar de estos chavales, que viajaban con la empresa Tu Fin de Curso, se ha trasladado esta mañana al Cuarto de Socorro de San Sebastián para acompañar a los jóvenes que acudían al cribado, la mayoría sin haber recuperado aún las horas de sueño tras el viaje.
Ordinaz ha asegurado, en declaraciones a los periodistas, que la empresa se ha volcado en el cumplimiento de las medidas contra la covid-19 y ha lamentado que los jóvenes tengan ahora que vivir esta situación cuando su viaje de fin de curso ha sido mucho más restrictivo que el de años anteriores.
«No han podido ir a las grandes discotecas», en fiestas como «el Regetón Beach Festival se les recordaban» constantemente las medidas de seguridad contra la covid-19 y se les instaba a llevar correctamente la mascarilla, incluso cuando salían de las atracciones acuáticas, ha recordado.
Los jóvenes, que viajaban todos con la correspondiente prueba negativa, organizaron sus viajes al margen de los centros educativos y a través de esta agencia especializada en escapadas de fin de curso.
Andrea, una joven de La Salle, que acudía a realizarse la prueba de saliva para detectar la covid, se ha mostrado convencida de que el contagio tuvo que ser «por la noche», cuando no podían ir a los bares, ni a las discotecas, y hacían fiestas en alguna habitación o permanecían en la calle, donde se rompían los grupos burbuja y se relacionaban con chavales de otras comunidades autónomas.
Esta chica, que no conoce a ningún estudiante contagiado que presente síntomas, se congratulaba de que al menos los abuelos de todos los alumnos y la mayoría de los padres estén vacunados ya con la pauta completa.
Ella pasó la enfermedad, aunque a pesar de ello ha sido llamada a hacerse la prueba, cuyo resultado le llegará en unas horas. Entre unas cosas y otras reconoce que «el viaje podía haber sido mejor».
También ha ido al cribado Pablo, de Jesuitas, quien estuvo en Mallorca entre el 18 y el 23 de junio, también con esta agencia y en un grupo numeroso de alumnos de segundo curso de Bachiller que viajaron en avión desde Bilbao.
Él tampoco tiene síntomas de tener la enfermedad, dice que en su caso el «viaje fue bien», y coincide con Andrea en que cumplieron las medidas de seguridad y actuaron con responsabilidad, aunque es cierto que en una pandemia te puedes contagiar y que «tener contacto» con jóvenes de otros lugares puede dar originar «un brote».
El monitor de la agencia lamentaba lo ocurrido y recordaba a cada joven la obligación de permanecer en su casa hasta tener un resultado negativo.
Fuentes de Osakidetza han explicado a Efe que la mayoría de los estudiantes reside en las comarcas guipuzcoanas de San Sebastián y Bidasoa, lo que explica el incremento de casos positivos registrado este miércoles en ambas localidades guipuzcoanas.
De momento, el brote de covid-19 entre jóvenes que han viajado recientemente a Mallorca para celebrar el fin de curso afecta a varias comunidades autónomas ya que, además del País Vasco, existen casos similares en Madrid, Comunidad Valenciana, Murcia y Aragón.
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