La relajación de los últimos días en Donostia respecto a distancias de seguridad y a las mascarillas ha sido muy evidente y las cifras gipuzkoanas del coronavirus no invitan precisamente a eso.
Esta tarde la Guardia municipal ha tenido trabajo y mientras unos agentes impedían que más usuarios entraran en la Zurriola cuando ésta se encontraba repleta, junto a la Concha, en el espigón del Náutico, otros paraban a grupos de más de dos personas e instaban a que se pusieran la mascarilla si no eran convivientes. Causando bastante sorpresa en algunos casos.
La comparación en lo que se refiere a las mascarillas en otras ciudades, así como en las actitudes en bares y lugares públicos de ocio, llaman la atención a los visitantes que llegan a Donostia.
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