En su gira europea la Orquesta Sinfónica de Euskadi (OSE) se ha subido al escenario de la prestigiosa Herkulessaal de Múnich con seguridad, energía y contundencia en su gira alemana. Y logró convencer a los presentes. «Pienso que la gente no se podía creer lo extraordinaria que es esta Orquesta”, manifestó Robert Treviño.
Una ciudad en la que hay tres grandes orquestas sinfónicas de prestigio mundial, tres de cámara y cuatro salas de conciertos para casi 6.000 localidades, ya habla por sí misma de su reputación como centro neurálgico de la música clásica centroeuropea. De manera que haber logrado entrar en los muros de su programación ya es para la ‘Baskisches Nationalorchester’ un hito en sí mismo.
Si además lo hace sin complejos, presentándose con un programa que combina sus raíces vascas de la mano de Sorozábal, con la presencia de dos grandes compositores universales como Elgar y Mahler, despierta ya la curiosidad de su público y de los medios de comunicación. Y fue lo que pasó ayer en la Herkulessaal de Múnich, en donde la Orquesta Sinfónica de Euskadi firmó una gran interpretación.
Empezando por Sorozábal
La Orquesta Sinfónica de Euskadi lleva en los genes su condición de embajadora de la cultura vasca y, en esta ocasión, lo elevó a su máxima expresión abriendo el concierto de Múnich con una selección de los Siete lieder que escribió Sorozábal, precisamente en territorio alemán, en Leipzig, en 1929.
Probablemente el compositor vasco nunca imaginó que su música, inspirada en poemas de Heinrich Heine, impregnada de ritmos y modulaciones vascas y dedicada a diferentes personalidades de la cultura vasca, iba a ser interpretada en uno de los templos de la música clásica.
Escuchar a la soprano alemana Mojca Erdmann cantar en euskera los lieder ‘Amesetan’, ‘Lotoren lorak’ y ‘Ez dot sinisten’, provocó una gran emoción en muchos de los allí reunidos, y confirmó el valor de la Orquesta Sinfónica de Euskadi como un instrumento capaz de exportar a los lugares más aclamados su música y su cultura.
Tras su presentación en la sala con Sorozábal, la OSE inició su recorrido por la música más universal, ya en un terreno más comprometido por esos pagos. Primero abordó las Variaciones Enigma de Elgar, una obra que ya subió a los atriles en Linz y que la Orquesta llevaba muy bien preparada.
La Cuarta de Mahler es una de las sinfonías más populares del compositor alemán. Sirva el dato de que esta misma obra ha sido programada tres veces en Múnich en los últimos 15 días, y lo hará a mediados de este mes la Filarmónica de Múnich con Valery Gergiev.
Robert Treviño tuvo claro desde el principio que quería presentarse en Múnich con su Orquesta, con un programa grande, y con Mahler en los atriles, para mostrar sus fuerzas y hacerlo con todas sus capacidades, seguridad, convicción y energía. Y así transcurrió la interpretación de toda la obra. Bien conjuntada y en permanente conexión con Treviño, la ejecución de la Cuarta de Mahler por parte de la Orquesta fue aclamada y enormemente aplaudida por el público que hizo salir hasta siete veces al director.
Por su parte, Mojca Erdmann, ya totalmente en forma tras sentirse indispuesta en Linz, selló su participación enunciando con elegancia y finura los placeres celestiales a los que hace referencia el compositor en el último movimiento de la sinfonía. No se pudo abandonar el escenario hasta ofrecer dos bises: el primero, ‘Morgen’ de las Cuatro últimas canciones de R. Strauss, con la solista Erdmann, y el segundo, y con la Orquesta en solitario, el ‘Intermedio’ de La boda de Luis Alonso de Giménez.
Al final del concierto el maestro Treviño quiso destacar su entusiasmo por todo lo que había dado de sí la noche. “La audiencia fue increíble, la Orquesta estaba contenta, la actuación fue sobresaliente, y pienso que la gente no se podía creer lo extraordinaria que es esta Orquesta. Estoy muy orgulloso de ellos” dijo.
Además del consejero de Cultura y Presidente de la Orquesta, Bingen Zupiria, asistieron al concierto el cónsul español en Múnich Francisco Pascual de la Parte, representantes del Instituto Cervantes, la directora de la oficina de SPRI en Múnich María Sarricolea, y parte importante de la comunidad vasca residente en la ciudad.
El programador local, Helmut Pauli, encargado de incluir a la OSE en la agenda de Herkulessaal, expresó que «la Orquesta se puede comparar con las grandes porque se encuentra en el mismo nivel, tiene un sonido extraordinario y ha sacado colores de Mahler que no esperábamos. Ha sido un enorme placer haberles traído a Múnich”.
El sábado la OSE volverá a terreno austríaco, Bregenz, en donde la Orquesta actuará por primera vez.
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