(EFE). La Audiencia de Gipuzkoa ha decidido mantener en la cárcel a un hombre de 57 años que se encuentra en situación de prisión provisional a la espera de juicio, acusado de agredir sexualmente a su hijastra, aquejada de una discapacidad intelectual, cuando la víctima tenía entre 11 y 14 años.
La Audiencia Provincial ha confirmado ahora la decisión adoptada en un primer momento por el Juzgado de Guardia y ratificada luego por el Juzgado de Instrucción encargado del caso en sendos autos a los que ha tenido acceso EFE.
Según estos documentos, los hechos, sucedidos en diferentes localidades de Cataluña y en Gipuzkoa, fueron descubiertos por la madre el pasado mes de abril.
Según el relato de la progenitora, al regresar al domicilio familiar se encontró en la cama al investigado, que había sido su pareja los cinco últimos años, desnudo junto a su hija también desnuda y ambos tapados por una manta, en un contexto sexual que fue negado por el hombre.
Agredida durante años
No obstante, en un momento dado, la víctima decidió contar lo sucedido y admitió que «era verdad lo que su madre había visto», tras lo que la menor se «abrió» y relató que las agresiones habían sucedido «durante años, en el sofá, en la cama y en distintas zonas de la casa», como recoge el auto de ingreso en prisión provisional del hombre.
La primera de las agresiones habría tenido lugar en una ciudad catalana, cuando la menor tenía 11 años, tras lo que el resto se sucedieron «de forma continua y repetida» en los momentos en los que la madre no se encontraba en el domicilio, aunque previamente, cuando la niña tenía 10 ya se habrían producido «tocamientos» durante un período en el que la familia residió en otra población de la misma comunidad autónoma.
El documento pone de manifiesto también que la víctima padece una discapacidad intelectual del 49 %, del que «perfectamente» era conocedor el investigado.
El auto considera así que «existen suficientes indicios de criminalidad para atribuir» a este hombre la posible comisión de «un delito continuado de agresión sexual a una menor de 16 años, sin perjuicio de lo que resulte en un momento ulterior».
Riesgo de fuga
Por estos motivos, ordena su internamiento en la cárcel para «evitar el riesgo de fuga» ya que es de nacionalidad extranjera, aunque también para impedir una posible «reiteración delictiva».
El juzgado recuerda en este sentido, que el hombre «no tiene familiares ni allegados en Gipuzkoa» lo que, junto a las «graves penas de prisión que pudieran imponerse y la existencia de antecedentes penales» por otros «delitos graves», pone de manifiesto «un evidente riesgo de fuga».
Respecto a la posibilidad de repetir eventuales conductas delictivas, el documento incide en la «especial vulnerabilidad» de la víctima dada su minoría de edad y su «discapacidad intelectual.
Asimismo, tiene en cuenta que,»presuntamente y sin perjuicio de prueba definitiva», la niña fue agredida por «quien ejercía de padre, pervaliéndose de su situación de superioridad por razón de edad y de la convivencia que mantenían, aprovechándose de tal situación».
El texto tampoco descarta que, «en el caso de quedar en libertad provisional, el investigado intentara influir de alguna manera en la denunciante o su entorno» aprovechando la situación de «shock emocional» de «toda la familia de la niña», que ejerce la acusación particular a través de la letrada Beatriz Rodríguez Aparicio.
El documento tiene en cuenta además, que el investigado mostró un «desprecio absoluto» por la víctima, al actuar «sin remordimiento alguno» prevaliéndose de «su situación de superioridad» por la «figura paterna que ocupaba» y la «discapacidad mental» de la niña.
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