(EFE). Un hombre ha sido condenado este lunes a cinco años de cárcel y a pagar una multa de 23.040 euros por compartir pornografía infantil de carácter «especialmente degradante» y «vejatorio», y de exhibirse ante ocho niñas menores de edad a través de videoconferencias en la red.
La Fiscalía de Gipuzkoa reclamaba inicialmente penas que sumaban 17 años de prisión para este varón, aunque durante el juicio por estos hechos celebrado en la Sección Primera de la Audiencia de Gipuzkoa el acusado ha reconocido lo sucedido y el Ministerio Público ha accedido a aplicarle dos atenuantes, una de ellas por adicción a las drogas y una segunda por haber iniciado un tratamiento sexológico y psiquiátrico para modificar la conducta que le llevó a cometer los hechos.
De esta manera, además de la pena de prisión y la multa citadas, el tribunal le ha impuesto una inhabilitación de quince años para el ejercicio de cualquier profesión o actividad que le ponga en contacto con menores de edad y diez años de libertad vigilada.
No obstante, finalmente la pena de cárcel le ha sido suspendida con las condiciones de que no vuelva a delinquir en los cinco próximos años y de que complete los tratamientos que ha iniciado tanto para la deshabituación a las drogas como para su reeducación sexual.
Dos móviles y un ordenador
Según recoge el escrito de la Fiscalía, al que ha tenido acceso EFE, los hechos sucedieron en el año 2020, cuando el encausado utilizó dos teléfonos móviles y un ordenador para conectarse a internet y «con ánimo libidinoso» descargarse «hasta diez archivos» de material «explícitamente sexual» de menores adolescentes.
Posteriormente, subió estos archivos a un sistema de almacenamiento remoto, desde el que los compartió con otros usuarios localizados aparentemente en Zaragoza que «no han podido ser identificados».
Asimismo, el varón también mantuvo ocultos estos archivos en sus teléfonos móviles mediante una aplicación informática que sólo los hacía accesibles mediante una contraseña.
En el registro de su domicilio, la Policía localizó posteriormente 193 vídeos y 2.975 fotos «de temática sexual con menores», que había compartido con usuarios de otras direcciones IP de internet a los que «tuvo que facilitar un enlace» con este fin.
Web rusa
El análisis del ordenador y los teléfonos móviles del encausado ha permitido además encontrar «numerosos rastros de acceso a una web radicada en Rusia desde la que se produce habitualmente el acceso a estos materiales».
«Igualmente -detalla el escrito de acusación-, el acusado utilizaba su ordenador para acceder a un sistema de videoconferencia aleatoria», en el que cambiaba de usuario hasta que daba con «menores de edad claramente preadolescentes, momento en el que comenzaba a masturbarse ante la cámara».
El procesado grababa estas imágenes «para su posterior uso personal», una actividad de la que conservaba «hasta cinco archivos de vídeo y catorce fotografías» en las que es posible «identificar a ocho menores distintas» que «no llevaban ninguna actividad sexual en respuesta sino que se limitaban a observar».
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