(EFE). El dueño de un bar donostiarra ha sido condenado a 4 años y 3 meses de cárcel por traficar con drogas, aprovechando que era el «propietario y máximo responsable» del local para distribuirlas «a terceros con ánimo de obtener un beneficio patrimonial ilícito», entre noviembre de 2017 y enero de 2018.
Durante el juicio por estos, celebrado este lunes en la Sección Tercera de la Audiencia de Gipuzkoa, el inculpado ha reconocido los hechos y se ha mostrado conforme con la pena solicitada por la Fiscalía, que ha admitido la atenuante de adicción a sustancias estupefacientes y ha rebajado su petición inicial de condena que ascendía a siete años y seis meses de prisión y a una multa de 5.900 euros.
Según el escrito de acusación del Ministerio Público, al que ha tenido acceso EFE, los hechos fueron descubiertos gracias a un dispositivo de vigilancia que la Ertzaintza realizó en torno al citado bar de la zona Centro, después de que particulares y vecinos alertaran de que en el local «se dedicaban a la venta de sustancias estupefacientes», lo que había creado una situación de «alarma social».
De esta manera los agentes que se ocupaban de la vigilancia descubrieron que en algunas ocasiones el procesado llevaba a cabo «transacciones de cocaína a cambio de dinero» con terceras personas.
El documento precisa que en una oportunidad, los ertzainas «llegaron a observar seis transacciones» de este tipo «en un intervalo de 40 minutos».
El texto de la Fiscalía cita además un intercambio concreto, ocurrido sobre las 20 horas del 18 de enero de 2018, en el que el acusado entregó a un varón una bolsa con 0,3 gramos de cocaína, con una riqueza del 38,4 % y un valor estimado en el mercado negro de 17,79 euros, aunque el hombre le entregó un billete de veinte euros y otro de diez.
En el momento de su arresto, el inculpado llevaba consigo doce bolsas de plástico con cocaína y un total de 120 euros «producto de su actividad de venta de sustancias estupefacientes».
Además en el interior del bar fueron localizadas diferentes cantidades de cocaína y hachís, por un importe total de 1.497 euros, así como 4.000 euros en metálico escondidos en un falso techo de la segunda planta, otros 35 en una caja de caudales y 53 más bajo la caja registradora del bar, en cuyo interior también fueron encontrados 812,80 euros también procedentes de «su actividad de venta de drogas».
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