(EFE). Un hombre ha sido condenado a tres años y medio de cárcel por intentar matar en San Sebastián a otro hombre, al que asestó una puñalada en el vientre que hubiera resultado «letal» de no haber recibido «asistencia médica inmediata».
El acusado, que se encontraba en prisión provisional por estos hechos, ha reconocido lo sucedido durante el juicio celebrado en la Sección Primera de la Audiencia de Gipuzkoa por lo que la Fiscalía ha accedido a rebajar su petición de condena de siete años de prisión que reclamaba inicialmente.
El procesado, que se ha mostrado conforme con la nueva petición de tres años y medio de cárcel del Ministerio Público y al que se le ha aplicado la atenuante de padecer un trastorno psicológico, también deberá compensar con 6.000 euros a su víctima y no podrá aproximársele ni comunicarse con ella durante cinco años.
Según recoge el escrito de acusación, al que ha tenido acceso EFE, los hechos se produjeron sobre las 16.00 horas del 29 de julio de 2022 en las inmediaciones de un salón de juegos de la capital guipuzcoana, donde aquel día ambos varones coincidieron tras haber mantenido un «altercado previo en fechas anteriores».
En ese momento, «tras una serie de desafíos verbales entre ambos», el procesado, con la finalidad de «acabar con la vida» de su oponente, esgrimió una navaja y le «asestó una única puñalada en el vientre».
La víctima sufrió una herida penetrante por arma blanca en el abdomen «con laceración hepática» que «hubiera sido letal de no haber recibido asistencia médica inmediata», tras lo que el procesado «se desentendió completamente de la herida provocada» y dejó a la víctima «a su suerte».
Seguidamente abandonó el lugar, aunque fue localizado sobre las 16.30 horas en las proximidades por agentes de la Ertzaintza.
Como consecuencia del «ataque», la víctima sufrió once días de perjuicio personal por pérdida de calidad de vida «de carácter básico», diez de «carácter moderado» y tres de «carácter grave».
El documento del Ministerio Público reconoce que el procesado sufre «un 53 % de discapacidad y dependencia de grado 1, además de un trastorno de déficit de atención con hiperactividad, que disminuyen levemente sus capacidades volitivas sin afectar a las intelectivas».
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