(EFE). Un hombre ha sido condenado este martes a dos años y nueve meses de prisión, que deberá cumplir efectivamente, por agredir sexualmente en tres ocasiones a su sobrina, cuando la pequeña tenía 13 años, en un piso de San Sebastián.
Según han informado a EFE fuentes del caso, el inculpado ha reconocido lo sucedido durante el juicio por estos hechos celebrados este martes en la Sección Primera de la Audiencia de Gipuzkoa por lo que tanto la Fiscalía como la acusación particular, que ejerce la víctima, han accedido a rebajar sus peticiones iniciales de trece años de cárcel.
Además de la citada pena de prisión, el inculpado no podrá acercarse ni comunicarse con su víctima durante siete años, deberá compensarla con 6.000 euros y deberá permanecer siete años y nueve meses en situación de libertad vigilada, una vez sea excarcelado.
Los hechos sucedieron entre los meses de junio y septiembre de 2020, período en el que, según recoge el escrito de acusación del Ministerio Público, el inculpado convivió con la víctima y varios adultos en una vivienda de la capital guipuzcoana.
El texto precisa que a lo largo de período el procesado «realizó» actos de naturaleza sexual «no consentidos» con su sobrina, «prevaliéndose de su poca edad» y de «su relación de parentesco».
El primero de ellos habría sucedido en junio de 2020, cuando el procesado entró en la habitación de la niña, «mientras en el domicilio no se encontraban otros adultos», para tumbarse en la cama junto a ella y abusó sexualmente de la menor.
El inculpado repitió unos hechos similares al mes siguiente en «idénticas circunstancias» al anterior episodio, movido por «el propósito de satisfacer sus instintos sexuales» y valiéndose de que en esta ocasión la niña estaba dormida.
Finalmente, sobre las 9.30 horas del 5 de septiembre de 2020, aprovechó que en el domicilio se encontraba únicamente su novia, para volver a acceder al cuarto de la pequeña, que estaba dormida, y practicarle distintos tocamientos, al tiempo que se masturbaba hasta que, «de forma inesperada», el padre de la pequeña irrumpió en la habitación y el procesado cesó «en sus actos».
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