(EFE). Un joven de 23 años ha sido condenado a 15 años y 3 meses de cárcel y a 18 días de localización permanente por agredir sexualmente en dos ocasiones a su novia, cuando ella estaba a punto de cumplir quince años, a la que también maltrató, amenazó, vejó y coaccionó durante su corta relación de pocos meses.
Durante el juicio por estos hechos, celebrado en dos partes en la Audiencia de Gipuzkoa entre septiembre y diciembre de 2023 por la ausencia de un testigo, la Fiscalía y la acusación particular reclamaron 32 años y medio de cárcel para el procesado.
Según recoge la sentencia del caso, a la que ha tenido acceso EFE, el acusado y la adolescente, que se encontraba tutelada por la Diputación foral, se conocieron en junio de 2020 en una localidad del interior de Gipuzkoa, si bien el procesado fue «consciente» desde ese momento de que la chica «era menor de 16 años».
La resolución aclara que, a pesar de ello, el inculpado la agredió sexualmente en dos ocasiones en el interior del domicilio de él, donde la chica pernoctó en «varias ocasiones» a pesar de que debía hacerlo en el centro de menores en el que realmente residía.
El escrito judicial aclara que en la primera de estas oportunidades la adolescente «consintió ser parte de la misma», si bien «pocos días después» volvió a ser agredida sexualmente «contra su voluntad» por su novio «mientras la mantenía agarrada por las muñecas» y a pesar de que ella «trato de zafarse de su agarre» para «evitar que continuara».
El texto detalla también que en otra ocasión, en otro momento de la relación, el imputado la «agarró de las muñecas, haciéndole daño» asumiendo que de esa manera iba a «menoscabar la integridad física» de la menor.
Asimismo, era habitual que el joven dirigiera a la chica diferentes insultos, «tanto verbalmente» como a través de una red social, y le tachara de «hija de puta, puta, guarra y zorra», además de acusarla de irse «con otros tíos».
Finalmente, el 10 de agosto de 2020, la madre de la víctima interpuso una denuncia ante la Ertzaintza, que localizó a la joven en el domicilio del acusado, quien después de este hecho presionó «psíquicamente» a la menor «para evitar que dijera algo que le perjudicara» cuando acudiera a prestar declaración ante la Policía Vasca.
«Si voy a la cárcel por tu culpa, te voy a arruinar la vida a ti, a tu madre y a tu familia», espetó entonces el encausado a su víctima, quien a consecuencia de esta «presión» aseguró a los agentes que «nunca había mantenido relaciones sexuales» con el procesado, «salvo abrazos y besos en la boca».
Más adelante, el 4 de septiembre, el varón acudió al exterior del centro de día al que solía ir la menor con la intención de que le devolviera una chaqueta, momento en el que el imputado «se tornó agresivo» y le advirtió de que iba a meterle «una hostia», al tiempo que volvió a insultarla hasta que intervino una educadora «para calmarle, tras lo que el hombre abandonó el lugar.
La Audiencia de Gipuzkoa considera ahora que el inculpado es autor de un delito continuado de agresión sexual, así como de un delito de maltrato no habitual, de otro de vejaciones injustas, de un cuarto delito de amenazas leves y de un quinto de coacciones.
Por todos ellos, además de las citadas penas de cárcel, el tribunal prohíbe al encausado comunicarse con su víctima y aproximarse a ella durante 17 años y 9 meses, y le obliga a permanecer cinco años en situación de libertad vigilada una vez sea excarcelado.
Asimismo, le inhabilita para cualquier profesión que conlleve contacto con menores durante 18 años y nueve meses, y le obliga a compensar a la damnificada con 10.000 euros.
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